«Confío en que estas negociaciones contribuyan a consolidar nuestro compromiso con Cuba. Espero que Cuba acepte esta oferta y podamos pronto trabajar en pos de una relación más firme», señaló la jefa de la diplomacia de la UE, Catherine Ashton, tras adoptar el Consejo esta decisión.
El nuevo acuerdo se empezará a negociar mientras sigue en vigor la «posición común», la política unilateral y restrictiva que rige las relaciones con La Habana desde 1996, de modo que este paso no supondrá un cambio de dirección de la relación del bloque europeo con la isla, sino la creación de un nuevo instrumento para profundizarla.
Derechos humanos
«Esta decisión no constituye un cambio político respecto al pasado», enfatizó Ashton, quien explicó que, «del mismo modo que queremos apoyar la reforma y la modernización en Cuba, hemos planteado de manera coherente nuestras preocupaciones en materia de derechos humanos, que seguirán siendo centrales en la relación».
La alta representante europea confió en que también «Cuba haga lo necesario por su parte, especialmente en materia de derechos humanos».
«El ritmo de nuestras negociaciones será el reflejo de esa actuación», subrayó. Para algunos Estados miembros, el mantenimiento de la posición común es una «garantía» para mantener la misma política hacia La Habana en el caso de que las conversaciones no den los resultados esperados.
En cambio, si el acuerdo llega a buen puerto, la posición común caería si se produce una decisión unánime de los países de la Unión.
La UE reanudó su diálogo político y la cooperación con Cuba en 2008 tras levantar -a propuesta de España- sanciones diplomáticas a La Habana por el encarcelamiento de 75 opositores.
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Es curioso hablar de "deshielo" a propósito del Caribe.