La Justicia egipcia adoptó ayer nuevas medidas draconianas y controvertidas con la condena a muerte de 720 islamistas, entre ellos el líder de los Hermanos Musulmanes, Mohamed Badía, de las que 37 son sentencias firmes y el resto provisionales.
El muftí de Egipto, máxima autoridad religiosa del país, Shauqui Alam, deberá pronunciar un dictamen no vinculante sobre 683 penas de muerte -una de las cuales es la de Badía- antes de que el tribunal emita un fallo definitivo.
La Corte Penal de la ciudad meridional de Minia dictó las sentencias ante la ira y la frustración de los familiares de los acusados, que se agolpaban en las inmediaciones del tribunal a la espera de escuchar la decisión final.
En total, el tribunal de Minia procesó en esta jornada a unas 1.200 personas, en dos «macrojuicios» sin precedentes que no han contado con garantías legales, según abogados y defensores de derechos humanos.
En un ambiente muy tenso, decenas de familiares rompieron a llorar al conocerse las sentencias a pena de muerte y cadena perpetua, apenas veinte minutos después del inicio de la sesión.
Las mujeres y los hermanos de los condenados, abrazados para superar el duro golpe, gritaron que sus allegados son inocentes y que no pertenecen a los Hermanos Musulmanes.
Algunos se desmayaron y otros increparon a los policías y militares que cortaban los accesos al tribunal, clamando justicia. En ausencia de los acusados, la corte ordenó remitir los expedientes de 683 islamistas al muftí del país, lo que según el sistema judicial egipcio significa que han sido condenados a muerte provisionalmente, hasta que se dicte el fallo definitivo el próximo 21 de junio.
Los acusados -la mayoría juzgados en rebeldía- afrontaban los cargos de asaltar instituciones públicas y la comisaría del distrito de Al Edua, en la provincia de Minia, así como de asesinar a un policía.
A su salida del tribunal, el abogado de la defensa Mohamed Faruq dijo que la corte no tiene pruebas y que el fallo es «político y contrario a la legislación egipcia».
Del mismo modo se expresó un portavoz de los Hermanos Musulmanes, declarados «grupo terrorista» por las autoridades en diciembre pasado, quien señaló que las condenas buscan atemorizar a la población para evitar manifestaciones.
En el otro caso resuelto en el tribunal, el mismo magistrado, Said Yusef -calificado por sus detractores como el 'juez de las ejecuciones'-, dictó la pena capital en firme para 37 personas y conmutó esa sentencia por cadena perpetua para otras 491.
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