Tras la reunión del consejo de gobierno, en el que se analizaron posibles actuaciones en su encuentro de junio, Draghi, aseguró que el BCE «está cómodo con actuar la próxima vez, pero antes queremos ver las previsiones de los técnicos que se publicarán a principios de junio» sobre la inflación y la disponibilidad de créditos bancarios para el sector privado.
El BCE no está satisfecho con el camino previsto para la inflación en la eurozona y en este sentido hay «unanimidad en no resignarnos y en no aceptarlo» como un hecho ineludible. De hecho, reiteró Draghi, los gobernadores de los bancos centrales de la eurozona siguen «unánimes en su compromiso de emplear también medidas no convencionales» dentro del mandato del BCE para lidiar de manera eficaz «con los riesgos de un periodo demasiado prolongado de baja inflación».
La información más reciente apunta a un periodo prolongado de baja inflación, que se situó en abril en el 0,7 % interanual, seguida solamente de un impulso al alza gradual. Draghi espera que las tasas de inflación permanezcan en torno a los actuales niveles durante los próximos meses antes de subir gradualmente durante 2015 y acercarse solamente al objetivo de cerca pero por debajo del 2 % del BCE hacia finales de 2016.
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