En un artículo publicado ayer en el diario Daily Mail , Cameron pide a los escoceses que votarán en el referéndum sobre la independencia del 18 de septiembre que «se queden» en el Reino Unido.
El jefe del Gobierno conservador destaca que el mundo mira con «admiración y envidia» los avances conseguidos por el Reino Unido moderno, como el Servicio Nacional de Salud o el sistema de pensión estatal.
«El Reino Unido es un país querido y especial. Eso es lo que está en juego. Así que nadie en Escocia tenga ninguna duda, queremos desesperadamente que vosotros os quedéis, no queremos que esta familia de naciones sea separada», agrega.
El primer ministro subraya que será posible conseguir un futuro mejor si Escocia se queda en el Reino Unido, pero advierte de que si hay una escisión del país, la separación será «para siempre».
«Un voto por el 'no' no significa un voto a favor del 'statu quo'. No significa que no hay cambio. Significa que habrá más autonomía para Escocia», subrayó el primer ministro británico. «No se trata -agregó- de Escocia frente al resto del Reino Unido. Se trata de dos visiones que compiten por el futuro de Escocia».
El campo del 'no' ha acelerado esta semana su campaña después de que un sondeo sobre intención de voto publicado el domingo por el Sunday Times diera por primera vez la victoria del 'sí' a la independencia en el referéndum escocés.
Según ese sondeo, los partidarios de la separación ganarían con un 51 %, frente a un 49 % de los contrarios a la secesión.
Ante esta situación, los líderes de los dos principales partidos -Cameron, el líder de la oposición laborista, Ed Miliband, y el viceprimer ministro, el liberal demócrata Nick Clegg- cancelaron su comparecencia ayer en la sesión semanal de preguntas al primer ministro en la Cámara de los Comunes para viajar a Escocia.
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