«Charlie Hebdo» volvió este miércoles a los kioscos con una portada en la que se ve a Mahoma entristecido y derramando una lágrima mientras muestra el eslogan «Je Suis Charlie» (Yo soy Charlie), rematado por el titular «Está todo perdonado».
Al cumplirse una semana del atentado yihadista cometido por los hermanos Said y Cherif Kouachi, que asesinaron a doce personas en la sede y a las puertas de «Charlie Hebdo», la revista ha lanzado una tirada histórica que se agotó en pocos minutos y que se reproducirá durante dos semanas hasta alcanzar los cinco millones de ejemplares.
Sin embargo, en el mundo musulmán no parece haber sido bien entendida la amarga humorada con la que los supervivientes de la revista parecen, por un lado, perdonar a sus agresores, y, por otro, emiten un mensaje de acercamiento a los musulmanes.
El mufti de Jerusalén, la máxima autoridad musulmana de la ciudad santa, Mohamed Husein, lamentó la nueva portada de «Charlie Hebdo» y recalcó que este tipo de caricaturas «deben terminar».
El mufti manifestó que el islam «rechaza la personificación del profeta Mahoma». «Rechazamos la violencia contra cualquier persona pero también insultar a nuestro profeta con dibujos que ponen palabras en su boca». «Respetamos la vida humana y estamos en contra de cualquier forma de violencia contra las personas, pero estos dibujos deben acabar», concluyó.
La institución religiosa de Al Azhar, la más prestigiosa del islam suní y con sede en El Cairo, llamó a los musulmanes a «ignorar las caricaturas ofensivas» del profeta Mahoma que publica el semanario francés. En un breve comunicado, Al Azhar, que condenó en su momento el atentado contra la revista satírica, criticó «esta imaginación enferma» que viola las restricciones morales y civilizadas.
La institución egipcia «Dar al Iftá» o Casa de las Fetuas advirtió de que esta publicación supone «una provocación injustificada de los sentimientos de los musulmanes en todo el mundo, que respetan y aman a su profeta».
Irán, el país de mayor influencia en el islam chií, calificó de «insultante» la portada de «Charlie Hebdo», según la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Marzie Afjam. «El respeto a las creencias y a lo sagrado de las religiones divinas es un principio aceptado y se espera que los líderes europeos respeten este principio», dijo Afjam en declaraciones difundidas por la agencia oficial IRNA.
Afjam apostilló que «el abuso de la libertad de expresión en Occidente no es aceptable y debe prevenirse», y agregó que «muchos pueblos están pagando por las erróneas políticas de Occidente».
Por su parte, el grupo chií libanés Hizbulá (estrechamente vinculado a Irán) afirmó que la nueva portada de «Charlie Hebdo» contribuye «a apoyar el terrorismo, el extremismo y a los terroristas». «Ese trabajo es inaceptable y no se puede justificar bajo ninguna consideración», añadió el grupo libanés en un comunicado. El texto considera que la representación de Mahoma a través de estas viñetas es una «gran provocación al sentimiento de más de 1.500 millones de musulmanes de todo el mundo».
El pasado 9 de enero, el líder de Hizbulá (grupo chií), Hasán Nasralá, condenó el atentado que causó 12 muertos en París y afirmó en un discurso que los grupos takfiríes (radicales suníes) «perjudicaron más al profeta (Mahoma) que las caricaturas hechas de él».
Un tribunal de la ciudad turca de Diyarbakir prohibió difundir la portada del nuevo número de «Charlie Hebdo», según informó el diario «Hürriyet».
Aunque los diarios turcos islamistas y los más cercanos al Gobierno han pixelado o difuminado la cara de Mahoma, varios otros, como el izquierdista «Birgün», la publicaron sin retoques.
El diario «Sabah», uno de los más cercanos al gobierno turco (controlado por el islamista Partido de la Justicia y el Desarrollo, AKP), criticó a cuatro medios que difundieron en su edición digital «estas insolentes caricaturas».
El Parlamento afgano condenó por «blasfemo» el nuevo número de «Charlie Hebdo».
En una resolución, la cámara baja de la Asamblea Nacional de Afganistán pidió al mundo occidental que evite cualquier tipo de «blasfemia» al amparo de la libertad de expresión, según el texto leído por un portavoz parlamentario, Salih Mohamed Saljoqi. «Queremos que los líderes de los países occidentales eviten la publicación de materiales blasfemos, particularmente de caricaturas del profeta Mahoma», agregaron los diputados en dicho texto.
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