La batalla por el control del aeropuerto de Donetsk, que ha costado la vida a más de 200 soldados ucranianos, según los rebeldes, y la muerte de decenas de civiles, sepulta las esperanzas de un pronto restablecimiento de la paz en el este de Ucrania.
El presidente ucraniano, Petró Poroshenko, reconoció este lunes públicamente que, por vez primera desde el alto el fuego firmado por el Gobierno de Kiev y los separatistas prorrusos el 5 de septiembre de 2014, se vio obligado a ordenar un ataque contra las posiciones enemigas.
«Anteayer ordené responder una sola vez, ya que nos impedían evacuar a nuestros heridos y muertos del aeropuerto de Donetsk», se justificó Poroshenko al reunirse en Kiev con la primer ministra polaca, Ewa Kopacz.
Aunque tanto la Presidencia como el Consejo de Seguridad Nacional y Defensa de Ucrania reconocieron la ofensiva «masiva» contra los rebeldes, las autoridades negaron que esto suponga una violación de los acuerdos de Minsk.
El mando militar ucraniano mantuvo que el aeropuerto figura como una zona bajo control ucraniano en el Memorándum de Paz suscrito el 19 de septiembre en Minsk.
Poroshenko reconoció que, desde el 7 de enero, en las regiones orientales de Donetsk y Lugansk ya no se respeta la última tregua declarada por ambos bandos, el 9 de diciembre, según informan medios locales.
«Ese documento fue eficaz, pero se mantuvo durante menos de un mes, ya que desde el 7 de enero ha tenido lugar una significativa escalada de la tensión protagonizada por Rusia y los grupos terroristas del este», aseveró.
Al respecto, Ucrania denunció que dos batallones rusos con aproximadamente 700 efectivos y armamento pesado cruzaron la frontera para reforzar las filas rebeldes.
Seguidamente, Poroshenko promulgó una ley sobre movilización parcial, que permitirá incorporar este año a unos 100.000 hombres a las Fuerzas Armadas ucranianas y que comenzará este martes con la incorporación a filas de unos 50.000 hombres.
Según fuentes separatistas, en los combates de las últimas 24 horas en las instalaciones aeroportuarias de Donetsk y sus alrededores han muerto más de 200 soldados ucranianos y casi 300 han resultado heridos, mientras que las bajas insurgentes ascendieron a 16 muertos y 62 heridos.
«Durante los combates defensivos los rebeldes destruyeron 27 tanques y 20 blindados», afirmó el comandante adjunto del Estado Mayor de las milicias separatistas de Donetsk, Eduard Basurin, a medios rusos.
Según Basurin, los rebeldes se han hecho con el control de las instalaciones aeroportuarias y han lanzado una operación de limpieza de los alrededores.
«Todos los intentos de las tropas ucranianas de aplastar la resistencia de nuestros combatientes en el aeropuerto no han tenido ningún resultado», dijo.
Basurin denunció el uso por parte de las fuerzas gubernamentales de armamento pesado como artillería de gran calibre, lanzaderas de misiles y bombardeos aéreos, por vez primera desde hace varios meses.
Además, responsabilizó a Poroshenko de la muerte de muchos soldados ucranianos sin experiencia en combate.
«Conociendo la situación real en el aeropuerto, lanzó a sus reclutas al asalto, condenándolos a todos a la muerte», dijo.
Como en anteriores ocasiones, los rebeldes culparon del gran número de bajas entre las fuerzas gubernamentales a la negligencia de los generales ucranianos.
«Estas unidades, lanzadas como corderos al matadero y al encontrarse en campo abierto en las inmediaciones del aeropuerto pronto cayeron en una bolsa de fuego y fueron aniquilados por nuestros destacamentos», explicó Basurin.
Además, el portavoz separatista denunció que el domingo, «por primera vez desde el verano pasado, Kiev empleó la aviación para lanzar bombas de gran potencia contra barrios residenciales de (la ciudad de) Górlovka», en la región de Donetsk.
«Como resultado del ataque murieron 30 civiles, entre ellos, niños», dijo, citado por la agencia oficial rusa RIA-Nóvosti, al tiempo que informó sobre ataques contra barrios de la ciudad de Donetsk y otras plazas fuertes rebeldes.
El presidente ruso, Vladímir Putin, envió la pasada semana una carta a Poroshenko en la cual propuso una hoja de ruta con plazos concretos para el repliegue del armamento pesado.
«Lamentablemente, la parte ucraniana no sólo rechazó el plan sugerido y no adelantó su propias propuestas, sino que comenzó nuevamente las acciones militares», dijo hoy Dmitri Peskov, portavoz del Kremlin.
Mientras, Poroshenko insistió en que aboga por convocar de inmediato negociaciones con los separatistas con mediación de Rusia y la OSCE, y una reunión con los líderes de Rusia, Alemania y Francia, para «suscribir un calendario para la aplicación de los acuerdos de Minsk».
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