La agresión con arma blanca cometida este martes en Niza por un hombre con antecedentes contra tres militares que protegían un edificio con entidades judías, dos de los cuales resultaron heridos, ha reactivado la alarma antiterrorista en Francia menos de un mes después de los atentados yihadistas.
Los hechos sucedieron poco después de las 14.00 hora local (13.00 GMT) cuando un hombre se abalanzó con un cuchillo contra uno de los militares que vigilaban el inmueble que alberga el Consistorio Israelita y «Radio Shalom» en pleno centro de la ciudad de Niza.
Según explicaron los ministerios franceses de Interior y Defensa en un comunicado, el soldado sufrió cortes en la cara y, cuando sus dos compañeros acudieron en su ayuda, uno de ellos resultó también herido en un brazo.
La vida de los dos heridos, que se encuentran hospitalizados, no corre peligro, afirmaron.
El agresor fue arrestado en las proximidades del lugar de los hechos por la policía municipal, al igual que una segunda persona de la que se está verificando si tuvo alguna implicación, declaró el alcalde de Niza, Christian Estrosi, a la cadena televisiva BFM TV.
El autor de este «acto criminal» que suscitó «la más firme condena» del presidente francés, François Hollande, cuya investigación se ha encargado a la Fiscalía antiterrorista, tiene una treintena de años.
De acuerdo con los documentos de identidad que portaba, se llama Moussa Coulibaly, el mismo apellido que uno de los tres autores de los ataques terroristas de comienzos de enero en París, reveló Estrosi.
Amedy Coulibaly fue quien mató a tiros a una policía al sur de París el 8 de enero y, un día después, secuestró a los clientes de un supermercado judío de la capital francesa y asesinó a cuatro de ellos, antes de ser abatido por las fuerzas del orden.
El diputado del departamento de Alpes Marítimos -con capital en Niza- Eric Ciotti indicó que «por ahora nada prueba» que sea familia de ese terrorista, pero sí «hay elementos que podrían hacer pensar» que detrás de esta agresión hay «una radicalización islamista».
Además, dio a entender que el autor había estado vigilado por los servicios secretos.
Interior y Defensa, en su comunicado, se limitaron a confirmar que el hombre, originario de la región de París, tiene antecedentes policiales, pero sin dar más detalles.
BFM TV señaló, citando fuentes policiales, que es conocido por delitos de robo y violencia y, sobre todo, que había sido objeto de seguimiento porque el pasado 28 de enero tenía un vuelo sólo de ida para Estambul y fue devuelto inmediatamente por las autoridades turcas a Francia.
Los servicios de inteligencia franceses lo interrogaron entonces, dado que Turquía suele ser una primera etapa para quienes van a integrarse a grupos yihadistas que combaten en Siria e Irak, pero a falta de pruebas concretas lo dejaron en libertad.
«Hay que verificar si en el entorno de estos individuos hay una red», dijo el alcalde conservador, que hizo hincapié en la «gravedad» de este incidente y en el hecho de que el autor fuera «de origen extranjero».
También señaló que el suceso fue captado por la red de cámaras municipales y que esas imágenes se han puesto en manos de los investigadores.
Para el alcalde, este incidente «plantea preguntas» y exige estar «más vigilantes que nunca».
Hollande, en un comunicado, aseguró que se aclararán «las motivaciones y las circunstancias» de la acción y reafirmó «la determinación del Estado para» garantizar la seguridad de Francia y de sus ciudadanos.
Los titulares franceses de Interior, Bernard Cazeneuve, y de Defensa, Jean-Yves Le Drian, se han desplazado a Niza para acudir al lugar de la agresión.
Tras los atentados de enero en París -con 17 víctimas mortales, además de sus tres autores- Hollande decidió movilizar a más de 10.000 militares para ocuparse de puntos sensibles por todo el país, entre ellos centros judíos y musulmanes.
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El Tribunal Constitucional de Francia ha sentenciado que se puede retirar la nacionalidad a los terroristas y sus cómplices, pero sólo a condición de que sean binacionales que podrían conservar su segundo pasaporte. Al parecer, esta importante limitación se debe más a los tratados internacionales que a las leyes francesas.
El fanatismo islámico contra los judíos se vuelve, en definitiva, contra su propia causa. Los hebreos, cansados de ofensas, han ido emigrando a otros países sobre todo Francia e Israel. Los países árabes han perdido importantes recursos humanos, intelectuales y económicos con ese exilio provocado.