«Solidaridad y responsabilidad propia son dos caras de la misma moneda. Hay que buscar compromisos, nadie puede obtener el ciento por ciento», subrayó Merkel en una comparecencia ante la prensa junto al vicecanciller, el líder socialdemócrata, Sigmar Gabriel, tras analizar la crisis con los principales partidos del país.
«Nuestra oferta generosa era nuestra aportación al compromiso, hay que hacer constar que del lado griego no había disposición al compromiso», lamentó.
Sin embargo, se mostró abierta a reiniciar las negociaciones después de la consulta del domingo, en el caso de que el gobierno griego así lo quiera.
«Si el gobierno griego quiere volver a negociar después del referéndum no nos vamos a negar a ello», dijo.
Una cumbre europea extraordinaria, como piden algunos, es algo a lo que no le ve sentido antes de que se realice esa consulta.
Gabriel, por su parte, condicionó el regreso a la mesa de negociaciones a una victoria del «sí» y advirtió de que el «no» supone votar en contra de continuar en la eurozona.
«Si vence el no, será una clara decisión en contra de la permanencia en la eurozona», subrayó Gabriel.
Ante sus palabras. Merkel quiso precisar que Alemania «no quiere influir de ninguna manera» en los ciudadanos griegos ni decir lo que tiene que hacer ese «orgulloso» pueblo , aunque su obligación es hablar de las consecuencias que puede tener su decisión.
Recordó además que el programa para Grecia termina mañana 30 junio a medianoche y aseguró que no ve base legal alguna para una financiación puente.
Antes de esta rueda de prensa, en un acto con motivo del 70 aniversario de su partido, la Unión Cristianodemócrata (CDU), Merkel recordó que uno de los principios básicos de la UE es «la solidaridad a cambio de responsabilidad» y su capacidad de encontrar compromisos y rechazó la posibilidad de abandonarlo ante la crisis griega, porque Europa saldría perjudicada.
«Hay que luchar por esos principios; podríamos tal vez abandonarlos a corto plazo, decir sencillamente 'cedamos', pero a medio y largo plazo nos perjudicaríamos» al perder relevancia en el mundo, subrayó Merkel.
El vicecanciller y ministro de Economía retomó ese argumento en al recordar que dentro de la eurozona hay una serie de principios que no pueden ser cuestionados.
«El euro no va a fracasar por un referendo en Grecia, pero sí fracasaría si abandonamos el carácter vinculante de los principios que rigen la cooperación dentro de la unión monetaria», afirmó.
Gabriel aseguró que el fracaso de las negociaciones no se había debido a «detalles» del programa de reformas, sino a que Grecia había querido «eliminar esos principios o al menos ser eximida de su cumplimiento"
«Querían una eurozona distinta, tal vez por razones política o ideológicas, y eso era algo que no podíamos aceptar», dijo.
En la reunión en la Cancillería, el ministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble, a quien Merkel agradeció el haber trabajado muchos «días y noches» para intentar lograr un compromiso, informó de los pormenores de las negociaciones y de la posible evolución de la crisis a los líderes de los partidos con presencia parlamentaria.
A partir de su análisis, Merkel aseguró que «no hay ninguna preocupación» por un eventual impacto de la crisis en Alemania y recordó que la UE es capaz de afrontar una situación como la actual gracias a herramientas como el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) o la unión bancaria.
Respecto a las promesas que se han hecho a Grecia sobre impulsos coyunturales para el país, aseguró que todo sigue sobre la mesa.
El miércoles habrá un debate en el Bundestag (Cámara Baja) en el que, por parte del Gobierno, intervendrán Merkel, Gabriel y el ministro de Finanzas Wolfgang Schäuble.
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