Refugiados descansan en tiendas de campaña instaladas en la estación de Tovarnik, Croacia, este jueves 17 de septiembre de 2015. | Efe

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El ministro del Interior de Croacia, Ranko Ostojic, ha advertido este jueves de que su país no tiene más capacidad para seguir recibiendo refugiados, después de que unos 7.000 hayan entrado desde este miércoles procedentes de Serbia.

«En este momento hemos agotado nuestras capacidades y en las conversaciones con dirigentes de ACNUR (Alta Comisaría de la ONU para los Refugiados) y de la Unión Europea (UE) hemos dicho que Croacia está ya llena», declaró Ostojic, según la agencia croata Hina.

Ostojic lanzó esta advertencia desde el paso fronterizo de Tovarnik, a donde siguen llegando refugiados desde que el cierre de la frontera húngara obligó a tomar una ruta alternativa a quienes huyen hacia Europa desde países en conflicto en Oriente Medio y Asia.

El ministro indicó que quienes quieran pedir asilo serán llevados a centro de registro, en cumplimiento de la normativa europea, y que los que no quieran solicitarlo serán considerados inmigrantes irregulares.

De esa forma, parece descartarse el anuncio inicial de las autoridades croatas de permitir el rápido paso de los refugiados a través de su territorio hacia otros países más ricos de la Unión Europea.

«No somos un país que en un momento dado no pueda ser solidario, pero en este momento pedimos (al resto de países por el que vienen los refugiados) que paren la afluencia».

«No es aceptable que Croacia sea tratada como un país en que se deben respetar los acuerdos internacionales y que eso no se haga en los países de los alrededores por los que pasan los inmigrantes», dijo.

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Ya esta mañana, el primer ministro croata, Zoran Milanovic, había advertido de que su país tiene una limitada capacidad de atender la llegada masiva de refugiados y poder registrarlos a todos.

Los refugiados llegan a Croacia desde la frontera entre Serbia y Macedonia, por donde siguen afluyendo personas que han pasado antes por Grecia y Turquía, procedentes la mayoría de países en conflicto como Siria, Irak y Afganistán.

En Tovarnik, varios miles de refugiados esperaban hoy durante horas en la estación de trenes para ser transportados de forma organizada hasta los centros de acogida en Zagreb y otras localidades croatas.

Un centenar de ellos perdió la paciencia y se encaminó a pie por la vía férrea hacia Zagreb, pero regresaron tras pedirlo la Policía, que tampoco permite transportes individuales aunque algunos, según los medios locales, estarían dispuestos a pagar un taxi o autobús regular.

En un hotel de Zagreb donde han sido alojados cientos de refugiados, la tensión está aumentando ante la exigencia de que se les deje marchar para seguir camino hacia otros países, principalmente Alemania.

Los refugiados gritan «libertad» y «paso libre» y la Policía ha reforzado su presencia en la zona.

El Gobierno croata estimó ayer que tiene capacidad para manejar la llegada de unos 1.500 exiliados al día pero no de decenas de miles.

El ministro de Sanidad, Sinisa Varga, declaró hoy que se esperan 20.000 en las próximas dos semanas.