La grabación, difundida por la productora Nínive, dura más de 13 minutos y en ella aparecen cuatro cautivos confesando haber colaborado con las tropas iraquíes, las fuerzas kurdas y la coalición internacional liderada por Estados Unidos.
Todos ellos fueron acusados de colaborar «con los apóstatas e infieles», en referencia a las fuerzas progubernamentales, y de espiar contra el Estado Islámico.
Los primeros cinco civiles murieron por disparos en la cabeza en la zona de Al Gabat, otros cinco fueron degollados con cuchillos en la orilla del río Tigris, mientras que los otros cuatro fueron decapitados con espadas.
Durante los primeros minutos del vídeo, los yihadistas vinculan a los catorce civiles con el Mosad, el servicio de inteligencia israelí, y también los acusan de ser agentes iraníes.
Un portavoz del EI, que no se identifica, aparece en la grabación con la voz distorsionada y el rostro cubierto.
«Este es un mensaje a los adoradores del dinar y el dólar», afirma el portavoz yihadista, en referencia a Arabia Saudí y EEUU, mientras promete a castigar a todos aquellos que se han «vendido» a los infieles a cambio de dinero.
El 10 de junio de 2014, el EI ocupó Mosul y amplias zonas del norte de Irak, lo que forzó a cientos de miles de personas a abandonar sus hogares.
Poco después, proclamó un califato en los territorios bajo su control en Irak y en la vecina Siria, donde impuso una interpretación radical de la ley islámica que mantiene aterrorizados a los civiles.
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