Combo de fotografías que muestran al presidente de Estados Unidos, Barack Obama (i), durante la reunión de líderes del G20 en Hangzhou (China), y al presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte (d), en la cumbre la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) en Vientián (Laos). | NARENDRA SHRESTHA/MAST IRHAM

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Un cierto revuelo y algunas consecuencias diplomáticas generó este lunes el presidente filipino, Rodrigo Duterte, quien en declaraciones ante la prensa se refirió a su homólogo norteamericano, Barack Obama, con un insulto que ha sido traducido del tagalo como «hijo de puta».

Así reaccionó el mandatario asiático a las críticas estadounidenses a la 'guerra contra la droga' de su Gobierno, recalcando que Filipinas «ya no es un estado vasallo».

Duterte ganó las elecciones en mayo tras prometer que acabaría con el crimen y el tráfico de drogas en el país. A pesar de que su campaña antidrogas ha contado con el apoyo popular, grupos de activistas han mostrado su preocupación por la situación.

De hecho, Duterte también ha llamado a los ciudadanos a sumarse a esta lucha contra la delincuencia: en la ciudad de Cebú, el presidente, antes de acceder formalmente al cargo, ofreció unos 100.000 euros por cada narcotraficante muerto.

Cancelación

En este contexto, Obama canceló un encuentro que iba a mantener este martes en Laos con Duterte, aunque afirmó que espera que ambos países mantengan sus estrechos lazos.

Finalmente, el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Ned Price, confirmó que «Obama no participará en un encuentro bilateral con el presidente de Filipinas».

Disculpa

Por su parte, el presidente filipino lamentó sus comentarios ofensivos en un comunicado hecho público en la cumbre de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) en la capital laosiana, y recogido por medios en Manila.

«Lamentamos que (los comentarios) se hayan entendido como un ataque personal hacia el presidente de EEUU», dijo Duterte. El mandatario filipino también dijo sentir un «profundo aprecio y afinidad» con Obama, y afirmó que espera «limar las asperezas» con EEUU que «son resultado de nuestras prioridades nacionales y percepciones».

«Nuestra intención principal es trazar una política exterior independiente a la vez que promocionamos lazos más estrechos con todas las naciones, especialmente EEUU, con quien hemos tenido una relación duradera».

Cabe puntualizar que la campaña contra las drogas iniciada en Filipinas desde el 1 de julio al 31 de agosto ha desencadenado la muerte de 929 personas en operaciones policiales y otras 1.507 en ejecuciones extrajudiciales.

«Debe ser respetuoso, no me haga preguntas (sobre la lucha antidrogas). Hijo de puta, le insultaré en ese foro», dijo Duterte sobre el pronunciamento del líder estadounidense en este asunto.