Los también conocidos como «cascos blancos», galardonados este jueves con el «Nobel Alternativo», indicaron en un comunicado que todavía hay desaparecidos bajo los escombros de las casas.
Los bombardeos aéreos, con cohetes balísticos y de artillería y que van a un ritmo «sin precedentes», causaron también amplias destrucciones en la infraestructura de la urbe, según la nota.
Tres centros de rescate, entre ellos una estación de bomberos, se vieron afectados por los ataques, que motivaron la suspensión del servicio en dos de ellos y la destrucción de varios vehículos.
El comunicado destacó que el régimen del presidente sirio, Bachar al Asad, y sus aliados «nunca dejaron de tener como objetivo a los equipos de rescate y ambulancias a lo largo de los pasados años».
«Los 'cascos blancos' -continuó la nota- invitamos a la ONU, al Consejo de Seguridad y a la comunidad internacional a realizar esfuerzos eficaces para proteger a los civiles de estos brutales bombardeos».
La escalada de la violencia contra las zonas opositoras de Alepo coincide con un fracaso en los intentos de Rusia y EEUU de renovar el alto el fuego que estuvo en vigor una semana hasta el pasado lunes.
Las Fuerzas Armadas sirias anunciaron anoche el inicio de operaciones en los barrios del este de Alepo, en manos de la oposición, y pidieron a los civiles que abandonen la zona.
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