La aerolínea irlandesa de vuelos económicos Ryanair ha lanzado una campaña para reducir el consumo de alcohol a bordo de sus aviones. | Pixabay

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La aerolínea irlandesa de vuelos económicos Ryanair ha lanzado una campaña para reducir el consumo de alcohol a bordo de sus aviones, al tiempo que ha instado a las autoridades británicas a adoptar medidas más restrictivas en los aeropuertos.

«Es injusto que los aeropuertos se beneficien de la venta ilimitada de alcohol a los pasajeros y que le toque a las aerolíneas tener que sufrir las consecuencias de seguridad», declaró Kenny Jacobs, director ejecutivo de Ryanair.

«Esto se convierte en un problema cuando los vuelos están retrasados y los aeropuertos no imponen un límite en la venta de alcohol en los bares y restaurantes», agregó.

La aerolínea irlandesa, que ya ha prohibido a sus clientes consumir en sus vuelos el alcohol adquirido en la zona libre de impuestos de los aeropuertos -en los trayectos de Glasgow Prestwick y Manchester a las ciudades españolas de Alicante e Ibiza no se permite llevar bebidas alcohólicas en cabina-, ha hecho un llamamiento a las autoridades para que adopten medidas urgentes.

Ryanair aboga por que las terminales sean más responsables y prohíban la venta de alcohol en sus bares y restaurantes antes de las diez de la mañana y que se limite a dos el número máximo de bebidas por pasajero en el caso de que un vuelo esté retrasado.

Estas medidas serían, en cierto modo, similares a las adoptadas por la aerolínea inglesa de bajo coste Jet2, que ya prohibió el consumo de alcohol en sus vuelos antes de las ocho de la mañana.

De acuerdo a una investigación del programa Panorama, de la cadena BBC, el número de pasajeros con síntomas de embriaguez en aviones se ha incrementado en un 50 % en el último año.

Además, 387 personas fueron detenidas en los aeropuertos del Reino Unido entre febrero de 2016 y febrero de 2017, lo que supone 132 más que en el mismo periodo del año anterior, por causar problemas a causa del alcohol.

Según esa investigación, uno de cada cuatro miembros de la tripulación preguntados reconoció haber sido víctima de abuso físico por parte de algún pasajero ebrio y más de la mitad del personal de cabina dijo haber sido testigo de comportamientos conflictivos por parte de los viajeros.