«Inspirado por ISIS y Al Qaeda, Rahimi puso y detonó bombas en las calles de Chelsea, en el corazón de Manhattan y en Nueva Jersey, esperando matar y mutilar a todos los inocentes posibles», indicó en un comunicado el fiscal interino del Distrito Sur de Nueva York, Joon H. Kim.
El veredicto fue alcanzado de forma unánime por un jurado popular, al culminar un proceso judicial que se alargó dos semanas. Rahami podría ser condenado a cadena perpetua.
El estadounidense de origen afgano estaba acusado de colocar dos bombas en el barrio de Chelsea el 17 de septiembre, una de las cuales causó una treintena de heridos, aunque la otra fue localizada sin que hiciera explosión.
Ese día presuntamente colocó otra bomba casera en la localidad de Seaside Park (Nueva Jersey) que no causó heridos ni daños materiales y el 18 de septiembre abandonó cinco artefactos más en una estación de tren de Elizabeth, en ese mismo estado, uno de los cuales estalló cuando un robot de la Policía lo desactivaba.
Los actos de Rahimi, de 29 años, tuvieron lugar en días en que Nueva York estaba a punto de recibir a más de un centenar de gobernantes para una cumbre de la ONU sobre refugiados y para los debates de alto nivel de la Asamblea General.
Estaba acusado de usar armas de destrucción masiva y de bombardear un lugar público, entre otros cargos, y se había declarado no culpable.
«Los crímenes de odio de Rahimi se han abordado con rapidez y justicia absoluta. Un año después de estos ataques, y después de un juicio abierto y justo, ahora Rahimi ha sido convicto», añadió el fiscal.
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