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Al menos cinco civiles murieron, entre ellos un niño, y otros 14 resultaron heridos este viernes al explotar una mina al paso del vehículo en el que viajaban en la provincia de Nangarhar, en el este de Afganistán, informó a Efe una fuente oficial.

El artefacto explosivo improvisado (IED) explotó sobre las 09.00 hora local (04.30 GMT) en una conflictiva zona del distrito de Haska-Mena cuando pasaba por la zona una camioneta con civiles, dijo el portavoz del gobernador provincial, Attaullah Khogyanai.

«Los pasajeros fallecidos son cinco civiles, incluido un niño, mientras que entre los pasajeros heridos hay cuatro niños y dos mujeres», detalló la fuente, al precisar que todos ellos han sido trasladados a un hospital en Jalalabad, la capital regional.

Ningún grupo ha reclamado la autoría de la explosión en Haska-Mena, donde están activos tanto los talibanes como el grupo yihadista Estado Islámico.

El gobernador provincial, Gulab Mangal, condenó en un comunicado esta táctica militar de los insurgentes, que, aunque dirigida a causar bajas entre las fuerzas de seguridad, termina en la práctica causando un gran número de víctimas civiles.

«Las minas colocadas en las carreteras por los terroristas están continuamente matando e hiriendo a civiles», aseveró el dirigente. Según datos de la misión de la ONU en Afganistán (Unama), la colocación de IED fue la tercera mayor causa del fallecimiento de civiles por el conflicto en el país en 2017, al ser responsables de 634 decesos y 1.232 heridos, el 18 % de las bajas totales en ese periodo.