Ingabire, presidenta del partido Fuerzas Democráticas Unidas de Ruanda (FDU), fue condenada también por incitar a la revuelta mediante la creación de un supuesto grupo armado llamado Coalición de Fuerzas de Defensa (CDF) y negar el genocidio de 1994 al considerar que hubo un «doble genocidio» entre tutsis y hutus.
Asimismo, se le acusó de financiar a la milicia hutu Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda (FDLR) para establecer bases en la vecina República Democrática del Congo (RDC) y otros países del extranjero.
Antes de su condena, el FDU había acusado al Gobierno dirigido por Kagame de acoso, persecución y tratamiento inhumano y denigrante a sus miembros, a los que, según sus denuncias, asesinaban las fuerzas gubernamentales.
Tras su salida de prisión, Ingabire ofreció una rueda de prensa en la que reclamó a Kagame que «use sus poderes» para amnistiar al resto de miembros del FDU que fueron encarcelados acusados de cargos similares, con el objetivo de que Ruanda se dirija hacia el pluralismo político.
«No tengo dudas de que admitir a gente con diferentes puntos de vista políticos y permitir un entorno político libre son los cimientos para el desarrollo sostenible de Ruanda», apuntó la política, de 49 años.
Por su parte, el presidente del otro gran partido opositor del país, el Partido Democrático Verde de Ruanda (GPDR), Frank Habineza, indicó a Efe en conversación telefónica que la liberación de Ingabire «es un gran acontecimiento en la evolución de la democracia».
«Muestra que el país ha empezado a moverse hacia adelante tras 24 años de espacio político controlado, y este avance es motivo de celebración para todos los ruandeses. (...) Es un paso adelante positivo», agregó Habineza.
Sin embargo, la decisión, tomada anoche, no ha estado exenta de polémica: «Creo que la liberación anticipada de Victoire Ingabire Umuhoza es un error. Se debe decir a cualquiera que disemine la idea del doble genocidio y de las políticas étnicas que no será tolerado, y su liberación no lo hace», lamentó el analista político ruandés Christopher Kayumba en su cuenta de Twitter.
Junto a Ingabire será liberado el músico Kizito Imihigo, que fue condenado en 2015 a diez años de prisión tras declararse culpable de varios delitos, entre los que destacan la conspiración para asesinar a Kagame.
El jefe de Estado, antiguo líder de la milicia tutsi Frente Patriótico de Ruanda (FPR, convertida en partido y en control del país tras expulsar a los rebeldes hutus después del genocidio de 1994), dirige con mano de hierro esta pequeña nación del África oriental desde el año 2000.
En las elecciones de agosto de 2017, Kagame consiguió un nuevo mandato de siete años al obtener el 98,7 % de los votos, pese a que organizaciones como Human Rights Watch (HRW) denunciaron importantes irregularidades.
El Gobierno de Kigali también es acusado de arrestos extrajudiciales y de reprimir a la oposición y a los medios de comunicación.
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