Luis se encuentra de vacaciones y Gori estaba trabajando.

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Estrasburgo poco a poco recupera la normalidad. La ciudad francesa, famosa, entre otras cosas, por acoger un espectacular mercado navideño en estas fechas, intenta olvidar el atentado que costó la vida a tres personas y dejó doce heridos en la noche del martes. En esta localidad, la novena de mayor población de Francia, se encontraban, por motivos bien distintos, dos mallorquines.

«Llegamos mi pareja y yo sobre las ocho de la tarde a la estación de tren procedentes de Basilea y nos llamó la atención que las calles estuviesen vacías siendo la hora que era», comenta el calvianer Luis López, afincado en Palma y que se encuentra disfrutando de unos días de vacaciones en el país galo. No sabía lo que había pasado. Ya de camino al hotel empezó a ser consciente de que algo había ocurrido. «No paraban de sonar sirenas de policías y ambulancias. Me impactó aquello. Al llegar a nuestro hotel el recepcionista nos dijo que parecía que había habido un atentado en la ciudad», explica a Ultima Hora.

Ya instalado avisó a su familia para que estuviesen tranquilos por lo que veían por los medios de comunicación, que él y su pareja estaban bien. «En Facebook utilicé la aplicación de ‘estoy bien', para decir que estás en perfecto estado si te encuentras en el lugar de un atentado o similar», apunta Luis López. El día después –por ayer– las calles aún sentían el miedo. «Dimos un paseo y estaba casi todo cerrado. Impactaba ver a tanto policía desplegado», dice.

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Parlamento Europeo

Además de por su mercado de Navidad que acoge a miles de turistas en diciembre, Estrasburgo se sitúa en el mapa en estas fechas por ser la sede de la sesión plenaria del Parlamento Europeo. Y allí trabaja el mallorquín Gori Jaume. «Teníamos una cena y estábamos citados a las 19.15 horas. La gente se incorporaba al encuentro con total normalidad hasta que una compañera nos envió un whatsapp para decirnos que no podía llegar porque había un tiroteo y no podía salir del hotel», señala a este diario Gori. Al igual que Luis, se apresuró a avisar a su familia de que se encontraba bien.

En el interior del establecimiento les dijeron que no podían moverse de allí. «Nos impidieron salir, bajaron las persianas y cerraron las puertas. Hasta pasada la 1 de la madrugada no salimos», recuerda Gori.

La Fiscalía gala sigue investigando, pero no duda de que fuese un atentado. «El terrorismo ha golpeado nuevamente nuestro territorio», sostiene.