La explosión ocurrió a las 02.35 hora local (00.35 GMT), después de que en torno a la 01.50 hora local (23.50 GMT) un individuo llamase a la cadena de televisión ANT y al portal informativo Zougla.gr avisando de que la explosión se produciría 45 minutos después y que no se trataba de una broma.
La Policía tuvo tiempo de desalojar el edificio y establecer un amplio perímetro de seguridad antes de que se produjera el estallido.
La explosión causó graves daños en el interior del edificio y en varias plantas estallaron ventanas y paredes acristaladas y se vinieron abajo paneles de los techos.
Fuentes policiales citadas por Skai dijeron que las cámaras de seguridad han podido captar como dos individuos se acercaron al lugar, donde abandonaron una mochila y se dieron a la fuga en moto.
En concreto, la mochila estaba sujeta en el quitamiedos de la avenida junto a la que se encuentra el edificio.
Aunque se han recuperado las imágenes captadas por las cámaras, todavía no hay pruebas que ayuden a identificar a los autores.
La Policía acordonó ampliamente la zona y la ha cerrado al tráfico.
En el lugar se encuentran expertos del servicio antiterrorista, así como artificieros para recoger pruebas y los restos del dispositivo explosivo.
La ministra de Protección Ciudadana, Olga Yerovassili, se desplazó a primeras horas de la mañana al lugar junto al jefe de la Policía griega, Aristides Andrikópulos, para hacerse una imagen de la situación.
El ataque recibió la condena unánime de los principales partidos políticos.
El primer ministro, Alexis Tsipras, quien en un comunicado expresó su apoyo a los empleados de la cadena, habló de un ataque «cobarde» contra la democracia, pero subrayó que los autores «no lograrán su objetivo».
Este tipo de ataques, que normalmente causan daños materiales pero no personales, son relativamente frecuentes en Grecia y en los últimos años suelen ser reivindicados por miembros del entorno anarquista.
El caso más reciente se produjo el mes pasado, cuando la Policía de Atenas logró desactivar a tiempo un artefacto explosivo encontrado frente al domicilio del fiscal adjunto del Tribunal Supremo Isidoros Doguiákos, después de que varios medios recibieran una llamada de aviso.
Fuentes de la investigación señalaron a los medios que si bien no hay indicios que apunten a un grupo en concreto, la forma de actuar recuerda mucho al estallido de una bomba en diciembre del año pasado frente al Tribunal de Apelaciones de Atenas.
El ataque en cuestión fue reivindicado unas semanas después por un grupo anarquista denominado Combatientes del Pueblo.
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