Una cumbre vigilada por 13.200 gendarmes y policías franceses y por otros 7.000 agentes de varios cuerpos policiales en territorio español, y que prolongará sus discusiones en Biarritz, en el suroeste de Francia, hasta el lunes.
La cena informal de este sábado será la primera oportunidad de ver juntos a los representantes de esas grandes potencias desarrolladas, que tomarán el pulso a la actualidad con el «brexit», el pacto nuclear iraní o la guerra comercial entre EEUU y China como puntos destacados.
El choque de posturas en materia comercial e iraní entre el mandatario estadounidense, Donald Trump, y el resto de socios, o la inminente salida del Reino Unido de la UE en octubre prometen tensar las discusiones, completadas por reuniones bilaterales.
El programa del domingo debuta con una sesión de trabajo en torno a la economía, el comercio y la seguridad internacional, seguida por otra ronda de entrevistas bilaterales y por la inclusión en las negociaciones de los dirigentes de la ONU o el Banco Mundial, entre otros.
Macron, anfitrión del encuentro porque Francia ostenta la presidencia de turno del G7, también ha abierto las discusiones a cuatro países que destacan por su implicación en la protección del planeta y la transformación digital: Sudáfrica, Australia, Chile y la India.
Y en su intención de hacer de la lucha contra las desigualdades el tema central de esta 45 cumbre, un objetivo que a su juicio solo puede cumplirse con la colaboración del continente africano, se ha otorgado un lugar privilegiado a Burkina Faso, Egipto, Senegal y Ruanda para ayudar a impulsar allí un crecimiento más justo.
La cita contará también este domingo con la participación del presidente del Gobierno español en funciones, Pedro Sánchez, que acudirá a la cena de honor ofrecida a los asistentes y sus consortes.
La crisis climática, con el incendio en la Amazonia como principal urgencia global, y la transformación digital de la economía coparán el lunes los debates de este encuentro, en el que en su última jornada participarán igualmente representantes de la sociedad civil.
Las discusiones estarán confinadas en el majestuoso Hotel du Palais, una villa en primera línea de playa que el emperador Napoleón III mandó construir para su esposa, la española Eugenia de Montijo, poco después de su boda en 1854, y que la pareja convirtió desde entonces en su residencia estival.
6 comentarios
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Europa haría bién en mirar hacia el este,allí está el futuro y dejar que gringos e ingleses se lo guisen y se lo coman.
'Realmente es carisimo el despliegue de las fuerzas de seguridad españolas en Biarritz,¿lo pagamos los españoles?.resulta hasta lo queremos matar dice el casposo,es todo lo contrario,quieren que paguemos sus prebendas,para que ellos nos sigan exprimiendo,para seguir viviendo del cuento
Y ya están todas las hordas radicales izquierdistas de todo el mundo dispuestas a la violencia y a lo que haga falta, lo que ha obligado a un despliegue de fuerzas de seguridad carísimo para España y para Francia, Pero eso son los "buenos"...buenos para quemar, para matar si pueden, para denunciar falsamente, para vivir del cuento, agitadores e hijos de terroristas criminales como el de Josu Ternera. Todas las fieras reunidas...y luego algunos se atreven hablar de fascismo. Que asco!
tontos no son....Gastos pagados en los mejores sitios. porque no se reunen en Mc Donalds como todo el mundo?? ademas a Donald Trump le harian descuentos en Mc Flurrys
Los chalecos amarillos están allí.Força.
quins valors més pobres que divulga el capitalisme, nosaltres els que sempre hem estat rics, volem imposar les nostres idees per tal de que la resta del món, pobres varis, ens segueixin sense protestar. El capitalisme s'ha de regular, sinó només creixen les desigualtats. Aquesta reunió és la vergonya de la societat contemporànea