Las imágenes corporativas de las compañías FCA y PSA. | MAURITZ ANTIN / CHRISTOPHE PETIT

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El ministro francés de Economía y Finanzas, Bruno Le Maire, dio ayer su visto bueno al proyecto de fusión entre el fabricante automovilístico francés PSA y el ítalo-estadounidense Fiat Chrysler Automobiles (FCA), que a su juicio responde a las necesidades del sector.

Le Maire reiteró que el Estado francés, que posee a través de la Banca Pública de Inversión (BPI) un 12 por ciento del accionariado del grupo galo, vigilará que las negociaciones no afecten a su implantación industrial y al proyecto de creación de una filial europea de baterías eléctricas.

Este nuevo plan de fusión se produce después de que Fiat presentase hace unos meses una oferta para unirse con la rival de PSA, Renault, y que fracasó ante la falta de apoyo del Gobierno francés y de su socio Nissan. «Desde el principio hemos dejado claro que para el Estado la prioridad era el refuerzo de la alianza entre Renault y Nissan, y por otra parte estamos creando un nuevo campeón automovilístico mundial», destacó.

Le Maire recordó que la operación entre PSA y FCA conduce a la creación del cuarto grupo automovilístico mundial, con 8,7 millones de vehículos vendidos, 170.000 millones de euros de facturación y cerca de 400.000 trabajadores en total.

El nuevo grupo, añadió, dispondría «de una gama completa», desde coches utilitarios hasta gama alta, y en él PSA y FCA alcanzarían «el tamaño necesario para efectuar las inversiones necesarias para afrontar los desafíos de la transición energética, la electrificación y la conducción compartida, autónoma y conectada».

Le Maire destacó la complementariedad entre ambos consorcios, principalmente en términos de mercados, con un acceso «privilegiado» al europeo por parte de PSA, y al estadounidense en el caso de FCA.

La fusión

Fiat Chrysler Automobiles FCA: Fiat, Chrysler, Alfa Romeo, Lancia, Abarth, Dodge, Jeep, Ram Trucks y Maserati.

PSA: Peugeot, Citroën, Opel, Renault, Vauxhall, DS Automobiles.