En ausencia del primer ministro, Boris Johnson, que sigue convaleciente de la COVID-19, su sustituto temporal, el titular de Exteriores, Dominic Raab, subrayó que la prórroga del cerrojazo estricto hasta alrededor del 7 de mayo es necesaria para evitar la propagación de la epidemia.
Al cumplirse este jueves el plazo legal para revisar las medidas de confinamiento y distanciamiento social decretadas hace tres semanas, Raab advirtió de que su relajación podría provocar un «segundo pico», lo que «aumentaría sustancialmente el número de muertes».
Explicó que el Gobierno ha tomado esas medidas después de mantener varias reuniones con el gabinete de ministros y con el comité de emergencia Cobra, entre evidencias, no obstante, de que el brote de coronavirus podría haber «alcanzado su pico».
El ministerio de Sanidad del Reino Unido informó este jueves de que el número de muertos por coronavirus en hospitales británicos se incrementó hasta 13.729, si bien Raab destacó que las medidas de distanciamiento social están siendo «exitosas».
La cifra de nuevos fallecimientos diarios, que no contempla los decesos ocurridos fuera de centros sanitarios, supera a la registrada el Viernes Santo, de 780, la más alta hasta este jueves.
El ministerio de Sanidad del Reino Unido indicó además que, hasta las 8.00 GMT de este jueves, se han aplicado test para detectar el virus a un total de 327.608 personas, de las que 103.093 habían dado positivo.
«Paso a paso, nuestro plan de acción está encaminado a ralentizar la propagación del coronavirus para que menos gente necesite tratamiento hospitalario», declaró Raab durante la rueda de prensa diaria, en la que estuvo acompañado por el asesor médico y el científico del Gobierno, Chris Whitty y Patrick Vallance, respectivamente.
El jefe de la diplomacia británica recordó que, aunque el distanciamiento social está dando frutos, los asesores advierten de que las evidencias son aún «mixtas e inconsistentes» y reconoció que todavía no se han reducido «las tasas de infección tanto como querríamos».
«Cualquier cambio ahora en las medidas de distanciamiento social pondría aumentar significativamente las infecciones», subrayó Raab, quien insistió en que «cualquier relajación» de esas condiciones supondría un riesgo para «la salud pública y para la economía».
Por ello, señaló que el Gobierno solo consideraría la desescalada del confinamiento cuando esté claro que el Servicio Nacional de Salud (NHS) «puede hacer frente» a la epidemia, haya «evidencia de una caída sostenida y constante en las tasas de mortalidad diarias» y «los datos fiables» muestren que la «tasa de infección cae a niveles manejables».
El Ejecutivo, agregó, también debe tener atados para llegar a ese escenario «ciertos desafíos operativos», como «garantizar test y cantidades adecuadas» de Equipos de Protección Personal (EPIs) y «estar seguros de que cualquier ajuste no provocará un segundo pico».
El experto Neil Ferguson, profesor del Imperial College London, advirtió hoy de que deberán mantenerse unos «niveles significativos» de distanciamiento social, de manera, incluso, «indefinida», mientras no exista una vacuna contra la COVID-19.
Ferguson, otro de los asesores del Gobierno en esta crisis, subrayó que las autoridades tienen «poco margen de maniobra» para relajar las condiciones del confinamiento si no hay «algo en su lugar», como «aumentar el número de test» y «la detección de casos y rastreo de contactos en comunidades».
En declaraciones a la cadena de radio BBC, el experto opinó que la posibilidad de desescalar el cerrojazo después de estas tres semanas adicionales dependerá de «la velocidad a la que se reduzcan los casos».
«Pero nuestro mensaje para la ciudadanía británica -dijo hoy Raab- es que hay luz al final del túnel, que estamos logrando avances, pero, al mismo, tiempo, debemos mantener las medidas de distanciamiento social».
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