Italia ha registrado 242 nuevos muertos por el coronavirus en las últimas 24 horas, elevando el balance total a las 31.610 víctimas mortales, aunque ha confirmado una caída del número de enfermos, según datos divulgados hoy por Protección Civil.
Desde que se registrara el primer caso de contagio local, el 21 de febrero pasado, Italia ha registrado 223.885 contagios, lo que supone un incremento de 789 infecciones respecto a este jueves, lo que confirma la tendencia a la baja de la curva epidemiológica.
También decrece el número de personas enfermas. Actualmente en el país hay 72.070 pacientes de diferente grado, 4.370 menos que ayer, la caída más notable de los últimos ocho días.
Con este avance del número de curados, que ya alcanza las 120.205 personas, también sigue reduciéndose la presión en los hospitales italianos, en tantas ocasiones al borde del colapso.
En este sentido los pacientes que reciben Cuidados Intensivos en el país son 808, lo que se traduce en 47 personas menos que este jueves.
La pandemia da muestras de contraerse en la región de Lombardía (norte), la más afectada, que ha sumado 115 nuevos fallecimientos, hasta un total de 15.411, y los nuevos casos positivos fueron hoy 299 frente a los 522 de este jueves.
En este escenario Italia, en plena desescalada tras más de dos meses de confinamiento, se prepara para abrir numerosos negocios y establecimientos el próximo lunes, después de que el Gobierno permitiera a las regiones adelantar dos semanas las reaperturas.
La desescalada o «Fase 2» comenzó el 4 de mayo, cuando se retomaron los sectores de la construcción y de las manufacturas, lo que hizo que cerca de 4,5 millones de personas volvieron al trabajo y se sumaran a los sectores esenciales que nunca cerraron, como la alimentación, la logística o las farmacias.
Desde entonces la población, además de para hacer la compra, por trabajo y por urgencias, puede salir a hacer deporte, pasear o visitar familiares, siempre con mascarilla y respetando las distancias de seguridad.
En un primer momento se estipuló que el 18 de mayo sería el día de la reapertura de bibliotecas, museos y comercios minoristas y el 1 de junio el de bares y restaurantes, que ahora mismo pueden servir productos «para llevar», y centros estéticos como las peluquerías.
Sin embargo se espera que los bares, restaurantes y peluquerías puedan abrir en gran parte del país el próximo lunes, aunque están a la espera de los protocolos de seguridad del Gobierno.
Para ello el Gobierno de Giuseppe Conte se reúne este viernes con los representantes de las regiones, y estipular los protocolos de seguridad que permitan retomar estas actividades.
Unas disposiciones que mantienen en vilo a los comerciantes italianos, que a tres días de la reapertura desconocen cómo deben habilitar sus negocios, si deben reducir aforos o poner barreras.
El encuentro además se produce después de no pocas divergencias debido a la intención del Gobierno de permitir los viajes en el interior del país, entre regiones, solo a partir del 3 de junio.
Una fecha que no agrada al norte como Lombardía o Emilia-Romagna, las más perjudicadas por la pandemia pero las que más presionan por volver cuanto antes a cierta normalidad, mientras que otras del sur, como Campania, prefieren seguir cerradas por miedo a los contagios.
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