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Las redes sociales han estallado en contra de un nuevo caso de violencia policial en Estados Unidos.

Un agente detuvo a Deja Stallings, una mujer negra embarazada de 25 años, poniéndole su rodilla sobre la espalda de ella, ante los gritos de varias personas que se encontraban en el lugar, escandalizadas por lo que estaba sucediendo, como así ha confirmado CNN. "¡Está embarazada! ¡Dios mío!", gritaban.

Los hechos sucedieron el 30 de septiembre. Según la versión de la Policía de Kansas City, acudieron al lugar alertados de una pelea en una gasolinera, la mujer intentó evitar la detención de uno de los jóvenes que la acompañaban, y acabó siendo ella detenida.

Stacy Shaw, su abogada, niega las declaraciones de la policía y ha confesado que la víctima está embarazada de nueve meses. Testigos también corroboran esta versión, asegurando que no hubo ninguna pelea previa antes de la llegada de los agentes.

Tras la detención, la policía llamó a una ambulancia para comprobar el estado de Deja Stallings, que fue evaluada y dada de alta.

El Departamento de Policía de Kansas City ha asegurado que no va a revelar los datos de los agentes involucrados.

Este caso provocó la convocatoria de nuevas protestas durante cinco días frente al ayuntamiento de la ciudad en repulsa por los hechos.