Algunas de las principales emisoras de televisión de Estados Unidos, como ABC, CBS y NBC, cortaron al unísono el discurso del presidente Donald Trump en horario de máxima audiencia. | CAITLIN OCHS

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Algunas de las principales emisoras de televisión de Estados Unidos, como ABC, CBS y NBC, cortaron al unísono el discurso del presidente Donald Trump en horario de máxima audiencia, mientras Fox News, la referencia informativa del Partido Republicano, desmentía sus palabras.

La ruptura en el canal de noticias conservador se está haciendo más profunda cada vez que Trump repite sus acusaciones de fraude electoral.

«No hemos visto nada que constituya un fraude o un abuso del sistema», decía el corresponsal de la Casa Blanca para Fox News, John Roberts, en directo desde la misma sala de prensa en la que segundos antes habló el presidente.

En el plató de informativos, en Nueva York, los presentadores repetían una y otra vez. «No hemos visto ninguna prueba».

Horas después, en los programas de opinión nocturnos, la presentadora de Fox News Laura Ingraham daba un giro de 180 grados y cuestionaba en un editorial que se contabilizara el voto por correo al afirmar que «EE.UU. debería conocer al ganador la noche de las elecciones o la siguiente mañana».

La misma emisora, el canal informativo de pago más visto, asumió una gran tensión la noche electoral del martes tras declarar al rival de Trump, el demócrata Joe Biden, ganador de Arizona antes de que lo hayan hecho otros medios.

La diferencia de criterio en la programación de Fox News refleja la tensión informativa que se vive entre los periodistas de una empresa que tiene que decidir entre seguir apoyando la deriva del discurso de Trump o la verificación de sus acusaciones contra el sistema electoral.

Mientras, las tres grandes emisoras en abierto -NBC, ABC y CBS- cortaron y desmintieron con contundencia el discurso de Trump en pleno directo.

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«Tenemos que interrumpir a Trump porque el presidente ha hecho una serie de afirmaciones falsas», decía en directo el periodista Lester Holt, presentador de NBC Nightly News, uno de los tres informativos más seguidos de la televisión en abierto.

Lo mismo hacía David Muir, el conductor del informativo más seguido del país con 8 millones de espectadores diarios, el ABC World News Tonight.

«Simplemente no se ha presentado prueba en ninguno de estos estados de que existan votos ilegales», decía.

A continuación, el periodista explicaba que por la pandemia del coronavirus el voto por correo había aumentado rompiendo récords, más de 100 millones de estadounidenses votaron anticipadamente, y eso prolongaba el escrutinio.

La CBS, tercera en audiencia, iniciaba una verificación de datos mientras Trump terminaba su discurso, y desmintió todas sus acusaciones de «fraude» y «corrupción del sistema».
Más contundentes fueron los servicios informativos de la radio pública estadounidense, la NPR, al señalar que «Trump de nuevo reclamó falsamente la victoria en las elecciones de 2020. No ha ganado. Los votos se siguen contando».

Por su parte, los canales informativos de pago CNN y MSNBC, conocidos por sus posiciones más liberales, hablaban con dureza: «Qué noche más triste para Estados Unidos».
«Tratar de atacar la democracia con su fiesta de las falsedades. Mentira tras mentira tras mentira», decía en pantalla un compungido el presentador Jake Tapper.
En el programa de CNN, Rick Santorum, un tertuliano del partido de Trump y exsenador, se declaraba «impresionado» y «decepcionado» tras escuchar al presidente.

Prácticamente ningún medio periodístico mayoritario ha corroborado las acusaciones de fraude electoral vertidas por la campaña de Trump.
«Trump ha dicho sin pruebas que la elección ha sido corrupta y fraudulenta», publicaba Nicole Carroll, la editora de USA Today, uno de los diarios generalistas más leídos de Estados Unidos.
The Washington Post, The New York Times y Los Ángeles Times también desmintieron al presidente.

Asimismo, la justicia en Georgia y Michigan también ha desestimado las primeras demandas interpuestas por Trump, quien mediáticamente depende de un apoyo de Fox News, que va cayendo, y de los medios «alternativos» surgidos en redes sociales.