Matawalle ha confirmado a través de un mensaje publicado en su cuenta en la red social Twitter «la liberación del cautiverio de las estudiantes» tras «la superación de varios obstáculos que se oponían a nuestros esfuerzos».
«Pido a todos los nigerianos bienintencionados que se alegren con nosotros porque nuestras hijas están a salvo», ha añadido el gobernador, que también ha compartido fotos de la liberación y del traslado hacia un lugar seguro.
Matawalle había asegurado previamente que los nigerianos se escandalizarían cuando conocieran la identidad de los autores intelectuales del secuestro, que las autoridades habrían identificado, según recupera el diario nigeriano 'Punch'.
Asimismo, ha resaltado en declaraciones concedidas a la cadena de televisión británica BBC que las autoridades no han pagado ningún rescate para lograr las liberaciones y ha pedido al Gobierno central que refuerce el despliegue de seguridad ante el incremento de la violencia.
Por su parte, el presidente nigeriano, Muhammadu Buhari, ha aplaudido la liberación de las niñas secuestradas. «Esta noticia genera una alegría arrolladora. Me satisface que su calvario haya tenido un final feliz y sin ningún incidente», ha valorado a través de Twitter.
«Estamos trabajando duro para poner fin a estos nefastos y descorazonadores incidentes de secuestro. El Ejército y la Policía seguirán persiguiendo a los secuestradores», ha dicho, antes de agregar que «necesitan el apoyo de las comunidades locales en términos de Inteligencia que pueda ayudar a cortar de raíz los planes criminales».
Hafsat Anka, una de las niñas liberadas, ha relatado en declaraciones a la agencia nigeriana de noticias NAN que sus captores amenazaron con matarlas y comérselas si se portaban mal, antes de agregar que tras el rapto tuvieron que andar durante varias horas para llegar al lugar donde han permanecido retenidas.
«No había agua limpia o buena comida y sentíamos como que habían pasado años, aunque era nuestro primer día. Los bandidos seguían disparando al aire para asustarnos», ha manifestado Anka, quien ha resaltado que «eran niños muy jóvenes», tal y como ha recogido el diario 'Vanguard'.
«Violación del derecho a la educación»
El representante del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) en Nigeria, Peter Hawkins, ha aplaudido las liberaciones y ha mostrado su «alivio» por la noticia, según un comunicado publicado por el organismo durante la jornada.
«Si bien nos alegramos por la liberación de las alumnas y esperamos su regreso seguro junto a sus familias, reiteramos que los ataques contra estudiantes y escuelas no son sólo condenables, sino una violación del derecho de los niños a una educación», ha manifestado.
«Es un derecho que ninguna sociedad puede permitirse violar», ha señalado Hawkins, quien ha resaltado que «UNCEF pide al Gobierno de Nigeria que adopte todas las medidas para proteger las escuelas en el país para que los niños no tengan miedo a ir a la escuela y que los padres no tengan miedo a enviar a sus hijos a la escuela».
Así, ha reiterado que «las escuelas deben ser lugares seguros para estudiar y desarrollarse» y que «el aprendizaje no debe tener lugar en un contexto peligroso».
«UNICEF dará apoyo psicosocial a las niñas y a sus familias y trabajará con el Ministerio de Educación sobre cómo garantizar el retorno seguro a la escuela de todos los niños en el estado de Zamfara».
Aunque inicialmente se había anunciado que eran 317 las niñas secuestradas, las autoridades han asegurado que se debió a un fallo en la cifra, ya que han sido rescatadas 279 estudiantes y no se ha dejado a ninguna atrás.
En los últimos meses, el secuestro de niños por parte de Boko Haram y otros grupos armados ha resurgido, incluso en zonas del país que antes se libraban de esta lacra, según cifras proporcionadas por la ONU.
l incidente en Zamfara tuvo lugar una semana después de que 42 personas --27 alumnos y 15 miembros del personal y sus familiares-- fueran raptados en un ataque contra una escuela en el estado nigeriano de Níger (oeste) y tres meses después del secuestro de cientos de alumnos de una escuela en el estado de Katsina (norte). Las víctimas en ambos asaltos fueron posteriormente liberadas.
Estos sucesos han traído a la memoria el rapto en abril de 2014 a 276 niñas de un colegio de Chibok, en el estado de Borno, de las que 112 todavía permanecen en paradero desconocido y 164 fueron liberadas. El secuestro provocó una ola de condenas, no solo a nivel nacional, sino también a nivel internacional y generó un movimiento, #BringBackOurGirls, que se mantiene a día de hoy y que apoya a las familias de las víctimas.
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