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El opositor ruso Alexei Navalni ha anunciado este miércoles a través de su cuenta de Instagram que se declara en huelga de hambre hasta que le permitan en la prisión en la que se encuentra recibir asistencia médica, tal y como «marca la ley».

«Tengo derecho a llamar a un médico y obtener medicamentos. No me dan ni lo uno ni lo otro. El dolor de espalda se ha trasladado a la pierna. Algunas partes de la pierna derecha y ahora de la izquierda han perdido sensibilidad», ha asegurado.

Navalni, de 44 años, se encuentra en una prisión ubicada en la ciudad de Pokrov (Vladimir), conocida por el duro aislamiento psicológico al que somete a los presos, además de las duras condiciones del centro.

«En lugar de asistencia médica, me torturan con privación del sueño, me despiertan por la noche ocho veces», ha denunciado Navalni, quien afirma que las autoridades de la prisión persuaden a los presos activistas para que intimiden a los reclusos y que no limpien alrededor de su cama.

«Esta es la región de Vladimir. La vida de un preso vale menos que un paquete de cigarrillos», ha dicho. Navalni tendrá que permanecer dos años y medio encarcelado por violar la libertad condicional impuesta en su contra a cambio de la suspensión de una condena a cuatro años de cárcel por cometer fraude.

«TODA LA AYUDA MÉDICA NECESARIA»
El Servicio Federal Penitenciario (FSIN) ha negado que Navalni no esté recibiendo la atención adecuada y ha asegurado que cuenta con «la asistencia médica necesaria de acuerdo con sus problemas médicos actuales», según declaraciones publicadas por la agencia de noticias Sputnik.

A su vez, ha rechazado las acusaciones de «torturas» a las que hace referencia Navalni con asiduidad y que le estén «privando del sueño», explicando que las condiciones en la prisión son iguales para todos.

«Según los requisitos de la legislación, por la noche los empleados están patrullando las células para comprobar visualmente que los presos están en sus camas. Estas medidas no impiden que los prisioneros pueda dormir», aclara.

Navalni, que suele utilizar sus redes sociales para protestar por las condiciones en las que se encuentra, ya había indicado con anterioridad que la dirección del centro le somete a una suerte de «torturas» con el objetivo de «acumular reprimendas» con las que «puedes ir a una celda de aislamiento».