Duque ha informado de los hechos, en un vídeo en directo a través del perfil de Twitter de la Presidencia de Colombia, en el que ha detallado que el ataque se produjo cuando la aeronave procedía a aterrizar en el aeropuerto Camilo Daza de Cúcuta, tras una visita al municipio de Sardinata.
El ministro de Defensa, Diego Molano; el titular del Interior, Daniel Palacios, y el gobernador de Norte de Santander, Silvano Serrano, viajaban en el helicóptero junto a Duque y todos se encuentran ilesos. «El helicóptero presidencial fue víctima de un atentado», ha lamentado el mandatario, para incidir en que la capacidad de la aeronave, blindada, impidió «que ocurriera algo letal».
Duque ha calificado el ataque como un «atentado cobarde» y ha asegurado que «se ven impactos de bala» en el helicóptero, que finalmente ha podido aterrizar con normalidad.
«Una vez más reiteramos que como Gobierno no vamos a desfallecer un solo minuto, un solo día, en la lucha contra el narcotráfico, el terrorismo y contra los organismos de criminalidad organizada que operan en el país», ha añadido el presidente.
Así, ha insistido en que a su Ejecutivo no se le «amedrenta con violencia ni con actos de terrorismo». «Nuestro Estado es fuerte, Colombia es fuerte para enfrentar estas amenazas», ha agregado. El presidente ha avanzado que ya se han dado órdenes para investigar el suceso y dar con quiénes han disparado contra el helicóptero presidencial.
«El mensaje es que Colombia sigue siempre fuerte, enfrentando la criminalidad. Nuestras instituciones están por encima de cualquier amenaza», ha sentenciado Duque.
Por su parte, el ministro de Defensa ha insistido en que las instituciones colombianas superan a cualquier ataque y ha manifestado que el Ejecutivo sigue «firme y con más impulso para acabar con los que pretenden desestabilizar el país». «Que el temo lo sientan los cobardes que atentaron contra el presidente y su equipo de Gobierno», ha escrito también Molano en su perfil de Twitter.
El ministro del Interior ha compartido la postura manifestada por Duque y Molano y ha dicho que la respuesta a los hechos es «contundente": «¡No nos dejaremos amedrentar de criminales! No vamos a desfallecer en la lucha contra narcotráfico, el terrorismo y el crimen organizado».
Tras conocer el suceso, la vicepresidenta y ministra de Exteriores de Colombia, María Lucía Ramírez, ha condenado el ataque en un mensaje publicado en su perfil de Twitter, en el que ha apuntado que «los terroristas y el narcotráfico no podrán amedrentar jamás a los colombianos honestos».
La alcaldesa de Bogotá, Claudia López, ha expresado también su rechazo al suceso. «Este es un atentado, contra los ciudadanos, contra el presidente y contra nuestra democracia, que condeno y rechazo profundamente», ha apostillado. «A Colombia la tenemos que cuidar de la radicalización y romantización de toda forma de agresión violenta», ha añadido la edil de la capital.
El ataque denunciado por Duque ha tenido lugar a más de una semana del atentado en las instalaciones de la Brigada 30 del Ejército colombiano en la misma ciudad, Cúcuta. En aquella ocasión, una furgoneta ingresó en las instalaciones, y explotó hasta en dos ocasiones, lo que provocó daños materiales y más de 30 heridos entre soldados y civiles.
Las autoridades colombianas han relevado de sus puestos a dos coroneles responsables de la seguridad del lugar. Además, otros seis militares están siendo investigados no solo por las negligencias en materia de seguridad que se habrían cometido, sino también por una posible participación en el atentado.
La primera respuesta del Gobierno ante este ataque fue señalar como posible responsable al Ejército de Liberación Nacional (ELN), algo que desde la guerrilla han negado.
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