Un joven de 26 años ha fallecido en la madrugada de este lunes después de recibir un disparo por parte de soldados del Ejército de Israel en la ciudad cisjordana de Hebrón. El Ministerio de Sanidad palestino ha identificado a la víctima como Nassim Nayef Salman Abu Fouda, de 26 años, explicando que ha muerto por una bala en la cabeza.
Según la agencia palestina Wafa, el joven había sido trasladado a un hospital de la ciudad en estado grave, después de que las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) disparasen desde un puesto de control militar cerca de una mezquita.
Efe consultó al Ejército israelí sobre las circunstancias del incidente y está a la espera de respuesta. La muerte hoy de este joven palestino se produce en el marco de una fuerte escalada de tensión en el conflicto palestino-israelí. La violencia se disparó el pasado jueves con una incursión militar por parte de Israel en el campo de refugiados de Yenín que derivó en duros enfrentamientos y se saldó con diez palestinos muertos. Fue el incidente violento más mortífero en Cisjordania de los últimos años.
A este le siguió el ataque el viernes por parte de un palestino en una colonia israelí de Jerusalén Este ocupado donde mató a siete personas, en el que fue atentado más letal contra israelíes en más de una década. En lo que va de 2023, 35 palestinos han muerto por fuego israelí, lo que equivale a un promedio de más de una víctima mortal por día. Ante la creciente tensión, el Gobierno israelí ha endurecido las medidas de represalia contra palestinos que hayan cometido ataques y sus familias. Entre otras cosas, prevé impulsar leyes para revocar su residencia en Jerusalén Este y expulsarles a Cisjordania. El Ejecutivo -el más derechista de la historia del país- también planea medidas para retirar los derechos a seguridad social y otras prestaciones a las familias de atacantes «que apoyen el terrorismo», y busca tomar medidas más expeditivas para demoler o precintar sus domicilios tras haberse cometido ataques.
Estas medidas se ven como una forma de castigo colectivo por grupos de derechos humanos. Tras el ataque del viernes, fuerzas israelíes precintaron muy rápidamente la casa familiar del atacante palestino en Jerusalén Este, ahora pendiente de ser demolida como medida de represalia. A su vez, en un cambio de política, el Gabinete de Benjamín Netanyahu también anunció ayer que procederá a precintar la vivienda de otro menor palestino de 13 años que el sábado disparó e hirió a dos israelíes en la parte oriental de la Ciudad Santa.
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