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Pocas horas después de los sucesos que han puesto en vilo a todo el mundo en Estados Unidos mirando al cielo por la presencia de algunos objetos voladores no identificados, una gran explosión y un accidente medioambiental en Ohio han pasado desapercibidos para los grandes medios de comunicación internacionales. Las redes sociales bullen de usuarios que piden explicaciones por un supuesto derrame químico de cloruro de vinilo, una sustancia altamente contaminante y cancerígena que según algunas fuentes podría dejar inhabitable esta región estadounidense.

El desastre ecológico en el este de Ohio, sucedido hace ocho días y que algunos catalogan como el Chernobyl de América y mayor incidente de estas características en los tiempos recientes, se cimenta con imágenes de una gigantesca columna de fuego, que exhala humo negro. Hay quien afirma que hace pocos meses se rodó una película de Netflix «cerca del accidente actual. Relataban lo mismo que hoy está pasando. Muchos figurantes eran de East Palestine [la ciudad más cercana a la zona donde se ha registrado la explosión]. ¿Crees que es casualidad? Se llama programación predictiva, infórmate» expresan algunos pasquines sobre este asunto, que se han difundido entre miles de usuarios en las últimas horas, ahondando en la desinformación que campa a sus anchas en este tema.

En concreto, el periodista de extrema derecha Stew Peters es una de las personalidades mediáticas con miles de seguidores en las redes sociales que han dado pábulo a la extrema gravedad del asunto. El también cazarrecompensas lanzó la piedra y escondió la mano al asegurar que «se informa de peces y ganado muertos a una distancia de hasta 100 millas del sitio».

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«Los periodistas que cubren la historia han sido arrestados. ¿Qué diablos está pasando?». «El gobierno decidió quemar las tierras de cultivo de Ohio», menciona en otra de sus publicaciones, con más de cinco millones de impactos en usuarios de Twitter. En España lo ha difundido con un evidente toque escéptico Ibon Pérez, reportero y antiguo colaborador del Cuarto Milenio de Iker Jiménez.

Con estas afirmaciones, sin citar en ningún momento una sola fuente fiable u oficial, no es de extrañar que haya ya una importante parte de la población estadounidense que cree que los extraños OVNI que estos días han volado sobre el país, siendo derribados por el ejército de Estados Unidos, no eran más que una cortina de humo para 'ocultar' el suceso de Ohio, que este martes pasa totalmente desapercibido en sitios web con buena reputación informativa como The Washington Post.

Otros, como el británico The Guardian, informaron hace unos días sobre el descarrilamiento de tren en Ohio que ha provocado una alarma ambiental. «Los residentes se mantienen alejados mientras se controla el aire en busca de humos tóxicos. Los funcionarios liberaron y quemaron productos químicos de los restos del tren descarrilado en East Palestine, cerca de la frontera con Pensilvania» cita el rotativo, sin citar aun recuentos de daños sobre el ganado o los cursos de agua del lugar.