El Gobierno de Rusia ha advertido este viernes que «toda acción que suponga una amenaza» para la región separatista moldava de Transnistria será considerada por Moscú como «un ataque» contra el país, tras acusar a Kiev de planear un ataque de falsa bandera en la zona. El Ministerio de Exteriores ruso ha denunciado la «significativa acumulación de personal y equipamiento militar de unidades ucranianas» cerca de la frontera y «el aumento sin precedentes de sobrevuelos de drones de las Fuerzas Armadas ucranianas» sobre el territorio de la región separatista moldava.
«Advertimos a Estados Unidos y a los países miembro de la OTAN contra pasos intrépidos por parte de sus protegidos ucranianos», ha indicado en un comunicado publicado en su página web, en el que ha reseñado que Rusia «apoya de forma consistente la resolución de todos los problemas a través de medios políticos y diplomáticos».
Sin embargo, ha hecho hincapié en que «nadie debe tener duda alguna de que las Fuerzas Armadas de Rusia responderán de forma adecuada a las provocaciones del régimen de Kiev» y «protegerán a sus compatriotas, al contingente de paz ruso, al personal militar del grupo operativo ruso y los almacenes militares» en Transnistria. «Cualquier acción que suponga una amenaza a su seguridad será considerada como un ataque contra Rusia, en línea con el Derecho Internacional», ha señalado, un día después de que el Ministerio de Defensa ruso asegurara que Kiev preparaba una «provocación armada» que sería llevada a cabo «por unidades de las Fuerzas Armadas de Ucrania, incluso con la participación de la formación nacionalista Batallón Azov».
Por su parte, el Ministerio de Defensa moldavo ha recalcado que «supervisa todos los acontecimientos, acciones y cambios que tienen lugar en la región y en el territorio controlado por el régimen de Tiraspol», en referencia a Transnistria, antes de incidir en que «no existen ahora mismo amenazas directas contra la seguridad militar del país». De esta forma, ha apuntado que «trabaja con todas las autoridades de seguridad del Estado para evitar juntos cualquier intento de desestabilización y mantener la paz y la estabilidad en el país para que los ciudadanos tengan seguridad».
«Las fuerzas del Ejército y las Fuerzas Conjuntas de Pacificación en la Zona de Seguridad operan con normalidad. Si se identifican posibles peligros para la seguridad del país, el Ministerio de Defensa informará inmediatamente a la opinión pública. Pedimos a los ciudadanos que mantengan la calma y se informen únicamente a través de fuentes oficiales», ha remachado. Recientemente, el primer ministro moldavo, Dorin Rechan, reclamó la retirada de las tropas rusas de la región separatista, tras lo que Moscú «recomendó» a Chisinau que «sea muy cuidadosos con esto».
Así, recordó que Rusia «tiene ya unas relaciones muy, muy tensas con Moldavia» y manifestó que «esta ausencia de una postura constructiva poco ayuda a Moldavia». La región de Transnistria -cuya población es mayoritariamente rusa y ucraniana- ha cobrado protagonismo por su vínculo con el Gobierno ruso y su importante posición geoestratégica. Las autoridades ucranianas han llegado a denunciar posibles incursiones rusas hacia el oeste de Ucrania desde Transnistria, mientras que las autoridades de la región separatista han reclamado que se reconozca su independencia de forma «pacífica».
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Eso es lo bueno del nacionalismo: la gente de tu nación son considerados como familia extendida. Aunque no estén en tu país, aunque no tengan tu nacionalidad, estás dispuesto a sacrificarte por ellos. Aquí en occidente desde hace décadas nos han condicionado en contra de ello, de ahí el individualismo nihilista rampante. Como mucho sentimos penita cuando nos inflan en la televisión con imágenes de un niño ahogado en una playa turca, una niña atrapada bajo unos cascotes tras un terremoto, o una nevera vacía en la casa de unos pobres con obesidad.