Se trata del primer informe de los prelados del país sobre este tema, publicado el pasado 5 de marzo, con casos que datan desde 1990, aunque la mayoría de las denuncias se han recibido en los últimos ocho años. Del total de denuncias, 39 han sido confirmadas y 17 siguen bajo investigación.
«Somos conscientes de que el número de víctimas es sin duda mucho mayor. Por ello, admitimos humildemente que no siempre hemos adoptado una postura activa en la resolución de los delitos de abusos», ha señalado el arzobispo de Kosice, Bernard Bober, presidente de la Conferencia Espiscopal Eslovaca.
Bober ha pedido «sinceras disculpas por la falta de preparación, el descuido, la falta de interés o la no aceptación» que como obispos han podido mostrar. «Las dolorosas consecuencias de los delitos de abusos han tenido a menudo un impacto negativo en la fe de las personas y las comunidades», ha asegurado.
El arzobispo de Kosice también ha señalado que la Iglesia eslovaca se ha esforzado por cumplir con «la transparencia y la verdad», pero ha reconocido que se ha hecho «muy poco» en el intento de lograr la «tolerancia cero» exigida por el Papa y crear un «ambiente seguro para los niños».
«Hacemos un llamamiento a todas las partes interesadas, instituciones y familias para que no hagan la vista gorda ante este fenómeno: sólo mediante esfuerzos conjuntos podrá erradicarse este mal de nuestra sociedad», ha agregado.
Finalmente, ha pedido a todas las personas que hayan tenido «conocimiento fehaciente» de casos de abusos sexuales en la Iglesia de Eslovaquia que los denuncien «a la autoridad eclesiástica competente».
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