Imagen de archivo del primer ministro israelí. | Reuters - Amir Cohen

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El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha afirmado que «hay motivos» para pensar que el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, está prolongando por motivos políticos la ofensiva contra la Franja de Gaza, lanzada tras los ataques ejecutados el 7 de octubre por el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás). «No voy a hacer comentarios sobre eso», ha dicho en una entrevista concedida a la revista 'Time', si bien ha reconocido que «hay motivos para que la gente llegue a esa conclusión» y ha recordado las masivas protestas contra el primer ministro «antes de la guerra» por su polémica propuesta de reforma judicial.

Biden, que ha declinado igualmente pronunciarse sobre posibles pasos contra Israel por su ofensiva contra Rafah, en la frontera entre la Franja de Gaza y Egipto, ha afirmado que no mantiene contactos directos con Netanyahu desde el ataque israelí contra un campamento de desplazados en la ciudad que dejó al menos 45 muertos. «No lo he hecho, mi equipo sí», ha desvelado. Asimismo, ha señalado que «no está claro» si Israel ha cometido crímenes de guerra en el marco de su ofensiva en Gaza y ha manifestado que las autoridades israelíes «lo están investigando», al tiempo que ha reiterado que Washington «no reconoce» la autoridad del Tribunal Penal Internacional (TPI).

«Una cosa está clara. La población de Gaza, los palestinos, ha sufrido mucho por la falta de comida, agua y medicinas. Mucha gente inocente ha muerto», ha manifestado, antes de especificar que «esto no tiene que ver sólo con los israelíes, sino con lo que Hamás está haciendo». «Hamás intimida a la población», ha denunciado. En este sentido, ha recordado que viajó a Israel tras los ataques del 7 de octubre, que dejaron cerca de 1.200 muertos y unos 240 secuestrados, y ha relatado que «lo que hicieron supera cualquier cosa que haya visto antes, y he visto mucho».

«Atar a mujeres e hijas juntas con cuerdas y rociarlas con queroseno para quemarlas vivas. Ese tipo de cosas para intimidar. Es cruel», ha detallado. Biden ha apuntado a la parte de responsabilidad que recae sobre Netanyahu por los fallos de seguridad durante los ataques del 7 de octubre, si bien ha insistido en que «no sabe cómo puede tener cualquier persona esa responsabilidad». «Era el líder del país y pasó, pero no fue el único que no lo entendió», ha sostenido. Además, ha apuntado que Washington considera que aún hay rehenes con vida retenidos en Gaza, si bien ha reconocido que «no hay pruebas exactas sobre quién está vivo y quién no».

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«He pedido un alto el fuego. Fin. Hay que recuperar a los rehenes. Ese es el principal motivo por el que presionamos», ha dicho. «Los israelíes quieren un alto el fuego para traer de vuelta a casa a los rehenes y es una forma de romper el impulso (en el conflicto)», ha argumentado el presidente estadounidense, quien ha reiterado que la responsabilidad de que no haya un acuerdo de alto el fuego es de Hamás. «Hamás podría poner fin a esto mañana», ha explicado. «La última oferta de Israel fue muy generosa en lo relativo a quiénes estaban dispuestos a liberar y qué darían a cambio», ha especificado.

En este sentido, ha afirmado que Netanyahu «está bajo una enorme presión por los rehenes y está preparado para hacer lo que sea para lograr su vuelta», en medio de las críticas al Gobierno israelí por lo que parte de la población considera como una acción insuficiente a tal fin. Por otra parte, ha señalado que «no cree» que Israel esté usando el hambre como un arma de guerra, si bien ha señalado que los militares habrían «llevado a cabo actividades inapropiadas» en el marco de la ofensiva. «Ya dije entonces, de forma pública, que no cometieran el mismo error que nosotros al ir a por (el antiguo líder de Al Qaeda, Usama) Bin Laden (tras los ataques el 11-S)», ha reseñado.

«La idea de ocupar Afganistán, de que había un arsenal nuclear en Irak (...), que simplemente no era cierta. Llevó a guerras interminables. No era cierto. No cometan los errores que cometimos nosotros. Pero los están cometiendo, creo», ha lamentado, antes de pedir un plan postconflicto para la Franja de Gaza. De esta forma, ha afirmado que «el principal desacuerdo» que mantiene con Netanyahu es «qué pasa una vez termina (la guerra en) Gaza». «¿A manos de quién vuelve? ¿Vuelven las fuerzas de Israel? He hablado con los egipcios, los saudíes, los jordanos, los emiratíes. La respuesta es que, en ese caso, no funcionará», ha manifestado. Por ello, ha reiterado que «debe haber una solución de dos Estados, una transición a una solución de dos Estados».

«Ese es mi principal desacuerdo con 'Bibi'», ha recalcado, en referencia a su rechazo a reconocer el Estado de Palestina, paso dado oficialmente la semana pasada por España, Irlanda y Noruega, con lo que ya son 146 los países miembro de la ONU que lo han hecho, sin que Estados Unidos figure en la lista. En esta línea, ha dicho que está «negociando» con países de la región sobre un acuerdo de paz y ha desvelado que «hay un camino claro para una transición en la que Estados árabes den seguridad y se encarguen de la reconstrucción de Gaza a cambio de un compromiso a largo plazo con una solución de dos Estados». La ofensiva militar lanzada por el Ejército de Israel contra la Franja de Gaza tras los ataques perpetrados el 7 de octubre ha dejado hasta la fecha más de 36.500 palestinos muertos y cerca de 83.000 heridos, según han indicado este mismo martes las autoridades del enclave, controladas por el grupo islamista. A ellos se suman cerca de 520 palestinos muertos a manos de las fuerzas de seguridad y en ataques por parte de colonos en Cisjordania y Jerusalén Este.