En un vídeo muy gráfico difundido en redes, se ve un cuerpo bocabajo sin vida, tirado entre la puerta entreabierta del conductor de un coche blanco, y cómo fuerzas especiales israelíes sacan de los asientos de pasajeros a un segundo palestino muerto, cuyo cuerpo se precipita sobre el asfalto. En el suelo se observa lo que podría ser un tercer cuerpo, o una especie de maniquí vestido.
Fuentes palestinas denuncian que los policías han impedido a las ambulancias palestinas acercarse al lugar de los hechos, que permanece acordonado, y que se han llevado los cuerpos de las víctimas. Según un comunicado policial, se trata de dos milicianos del grupo Yihad Islámica Palestina, que iban armados y planeaban cometer un ataque en la zona. La operación fue realizada por el cuerpo policial de élite Gideonim, en coordinación con el Ejército y el servicio de inteligencia interior (Shin Bet).
El Ministerio de Sanidad palestino identificó a los fallecidos como Mahmoud Hassan Abdel Rahman Zaid (28 años) e Ihab Abdel Karim Musa Abu Hamed (29 años). El segundo parece que era un comandante de las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa, vinculadas a Fatah pero que engloban diversos subgrupos. Con sus muertes son ya nueve los palestinos muertos, por fuego israelí, en la gobernación de Qalqilya en lo que va de 2024, según datos de EFE basados en los decesos anunciados por el Ministerio de Sanidad palestino en 2024.
En toda Cisjordania, incluido Jerusalén Este, ya son 221 los fallecidos, siendo los focos de mayor violencia las gobernaciones de Yenín (con 59 muertos) y Tulkarem (54). Cisjordania ocupada vive su mayor espiral de violencia desde la Segunda Intifada (2000-05) y cerró 2023 como el año más letal en dos décadas, con más de 520 muertos, más del 60 % de ellos entre octubre y diciembre, tras el ataque de Hamás. Del lado israelí, han muerto en 2024 catorce personas: doce en nueve ataques palestinos, entre ellos seis uniformados y seis civiles (cinco de ellos colonos residentes en Cisjordania); además de una soldado en Yenín que detonó un explosivo y un policía de las fuerzas especiales en una redada en Tulkarem.
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