La localidad de Cogne, en la región italiana del Valle de Aosta, ha sido una de las más afectadas por los aluviones que el pasado fin de semana causaron graves desperfectos en el noroeste del país, así como en partes de las cercanas Suiza y Francia.
Las lluvias torrenciales provocaron el desbordamiento de varios ríos y numerosos corrimientos de tierra, destrozando senderos, carreteras e infraestructuras. Cogne ha quedado aislada desde el sábado después de que la crecida del río Grand Eyvia destruyera su única carretera, la regional 47, y el jefe nacional de la Protección Civil, Fabrizio Curcio, ha avanzado que arreglarla llevará «alguna semana».
La preocupación, además de los desperfectos, reside en que Cogne es un pueblo que vive en gran medida del turismo y que acaba de comenzar la temporada estival tras el frío invierno, cuando los excursionistas llegan para disfrutar de su panorama alpino o adentrarse en el Parque Nacional Gran Paraíso. Para no aguar la temporada, la ministra propuso llevar a Cogne a bordo de helicópteros a los turistas que decidan quedarse un tiempo, al menos 4 días en hotel o 15 en una residencia propia, explicó a los medios.
Esto, dijo, con tal de no permitir el cierre de los hoteles o la aplicación de expedientes de regulación temporal de empleos entre los muchos trabajadores del sector. Por el momento la ministra ha anunciado la activación de un fondo de 10 millones de euros para el sector turístico afectado, durante una visita a la zona y tras mantener una reunión con el presidente de la región del Valle de Aosta, Renzo Testolin.
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