Para Olha Pavlovska, residente en el área de Kiev, que se reúne con sus vecinos todas las semanas para comentar las noticias del frente, a menudo sombrías, la incursión de Ucrania en la región rusa de Kursk este mes ofreció un inusual momento de esperanza. «Ha sido un paso muy valiente e importante (...) para mantener alta la moral de la sociedad», dijo Pavlovska, de 51 años, frente a la catedral de San Miguel, en el centro de Kiev.
Los líderes ucranianos han presentado el ataque del 6 de agosto, la mayor invasión de Rusia desde la Segunda Guerra Mundial, como una prueba de que el ejército ucraniano aún puede tener éxito en operaciones ofensivas y sorprender. Los efectivos de Kiev han capturado franjas de territorio y soldados rusos para canjearlos por prisioneros de guerra ucranianos, una inyección de moral muy necesaria para un ejército que no ha logrado avances significativos en su propio territorio desde finales de 2022.
El año pasado, una contraofensiva fracasó en gran medida a la hora de reconquistar el territorio ocupado por Rusia y los soldados de Moscú no han dejado de avanzar en el este en un contexto de intensos combates que han mermado los recursos ucranianos. El 32% de los ucranianos está dispuesto a aceptar concesiones territoriales para poner fin a la guerra, según una encuesta publicada el mes pasado por el Instituto Internacional de Sociología de Kiev, frente al 10% de hace aproximadamente un año. En los últimos días, los ánimos se han relajado y las redes sociales ucranianas se han llenado de memes que se burlan de Rusia por el revés sufrido. Varios militares ucranianos con los que Reuters habló cerca de la frontera rusa la semana pasada estaban muy animados al regresar de su misión de combate dentro de Rusia.
La ofensiva, que ha dominado los boletines de noticias ucranianos, representa «una victoria que no habíamos tenido en mucho tiempo», dijo Roman Kostenko, legislador y oficial del servicio de seguridad de Ucrania, que ha participado en la operación. «Es un éxito en muchos aspectos —tanto a nivel internacional como para nosotros mismos— que hayamos tomado la iniciativa», dijo Kostenko a la radio ucraniana. No obstante, los soldados de Kiev están encontrando resistencia y sufriendo pérdidas, añadió.
El presidente Volodímir Zelenski ha calificado el ataque de hito que demuestra que las amenazas de represalias del Kremlin eran un farol y ha instado a los aliados de Ucrania a relajar las restricciones sobre el uso de armas suministradas desde el extranjero. «El mundo ve que todo en esta guerra depende sólo del coraje: nuestro coraje, el coraje de nuestros socios», dijo Zelenski el lunes. El jefe del ejército, Oleksandr Sirski, declaró el martes que sus fuerzas han avanzado entre 28 y 35 kilómetros en la región de Kursk, mientras Moscú desplazaba algunos de sus efectivos desde otras direcciones para reforzar las posiciones allí.
Ucrania ha atacado al menos dos puentes clave en la región, lo que complica los esfuerzos rusos por repeler el ataque. «Esto cambiará la situación a nuestro favor. La cuestión es cuánto», dijo Oleksandr Viktorovych, de 42 años, un analista financiero cuyo hermano está prestando servicio en el este de Ucrania. «Por otro lado, todos debemos entender que cualquier tipo de operación ofensiva —por muy bien planificada que esté— supone pérdidas».
Dificultades
Otros se han mostrado menos entusiastas con la idea de que Ucrania comprometa valiosos recursos en un momento en el que su extenso frente oriental está sometido a serias tensiones por la embestida rusa. Yaroslav Mandel, un veterano de guerra que se alistó para luchar contra el ejército ruso después de su primera invasión en 2014, describió la incursión de Kursk como una operación peligrosa que podría contribuir al desmoronamiento de las defensas en el este. «Lo que han hecho es un espectáculo», dijo.
Las fuerzas de Moscú están presionando sobre el centro de tránsito oriental clave de Pokrovsk, donde las autoridades dicen que hasta 600 personas huyen cada día, con las tropas rusas a sólo 10 kilómetros de las afueras. Rusia también está presionando sobre la ciudad oriental de Toretsk, cuya caída acercaría las armas de Moscú a otra ciudad clave y ruta de suministro para gran parte de las fuerzas ucranianas en la región oriental del Dombás. Moscú afirmó haber capturado dos ciudades cercanas esta semana. «La estrategia debe ser defender nuestro país allí, en el Dombás», dijo Mandel. «Esa es la primera prioridad».
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