Herbert Kickl, jefe del Partido de la Libertad, tras proclamarse vencedor. | Reuters - Lisa Leutner

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Austria afronta desde este lunes un periodo de inusual incertidumbre política tras el triunfo, claro pero sin mayoría parlamentaria, del partido ultranacionalista y prorruso FPÖ en las elecciones generales del domingo, un resultado que complica la formación de un nuevo Gobierno. Todas las demás formaciones rechazan aliarse con el FPÖ del exministro del Interior e ideólogo radical Herbert Kickl, por lo que solo queda la opción de que el democristiano ÖVP del canciller federal en funciones, Karl Nehammer, logre un acuerdo con los socialdemócratas y los liberales Neos o los Verdes (ecologistas).

El posible acuerdo se presenta difícil y complicado, dadas las grandes diferencias de los programas de los conservadores y los socialdemócratas, y para la república alpina un Ejecutivo tripartito sería un nuevo experimento.

La tradición mantenida hasta ahora siempre llevó al presidente del país a encargar la formación de un nuevo Ejecutivo a la formación más votada, pero esta vez el jefe del Estado, el ecologista Alexander van der Bellen ha avanzado que antes de tomar una decisión realizará consultas con todos. «Ahora se trata de acercarse unos a otros, encontrar soluciones y compromisos. Eso puede llevar algún tiempo», dijo Van der Bellen tras conocerse los resultados de las urnas y recordar que un Gobierno necesitará una mayoría absoluta en el Parlamento.

Se espera que el presidente comience el próximo miércoles sus sondeos con los líderes de los cinco partidos que entraron en la Cámara de 183 escaños, informó hoy la radio pública ORF. Previamente se reunirán las juntas directivas de los partidos, todas el martes, salvo la de los socialdemócratas (SPÖ), que lo harán este lunes. Según informa la agencia local APA, a pesar del claro rechazo de los demás partidos, los ultras ya tendrían un equipo y un documento base para negociar un eventual acuerdo de Gobierno, basado en su programa electoral que, bajo el lema 'Fortaleza Austria', exige poner fin a la inmigración y cancelar las ayudas sociales a los extranjeros.

Los resultados oficiales preliminares confirman la victoria del FPÖ con el 29,2 % de los votos y 58 escaños, un avance de casi 13 puntos (+31 escaños) respecto al resultado que había obtenido en las legislativas anteriores de 2019, según los datos publicados hoy por el ministerio del Interior. El democristiano ÖVP (socio mayoritario de la actual coalición con Los Verdes en el poder) perdió 11 puntos al quedar en segundo lugar con el 26,5 % y 52 diputados (-19), seguido por los socialdemócratas (oposición), con el 21 % y 41 escaños. Con un 9 % y 17 diputados, los Neos superaron a Los Verdes, que cayeron del 14 al 8 %, y ahora tendrán 15 en lugar de 26 escaños. La participación en las urnas fue del 74,9 por ciento.