La llegada de una multitud de simpatizantes de Trump provocó cortes de calles y problemas de tráfico varias horas antes del comienzo del mitin para el que se habían reservado unas 19.500 plazas que, según la campaña del republicano, se agotaron en cuestión de horas.
En un ambiente tranquilo, las asistentes, ataviados con las gorras rojas de «Make America Great Again» (Hagamos EEUU grande de nuevo) o camisetas con el lema «No more bullshit!» (Se acabaron las tonterías), comenzaron a acceder al mediodía al conocido como el escenario más famoso del mundo.
Trump tiene previsto aparecer con otras cabezas de cartel de su campaña como el magnate Elon Musk y el excandidato presidencial independiente Rober F. Kennedy Jr.
El republicano ha osado aparecer en una ciudad de mayoría demócrata y en un estado que todas las encuestas otorgan a su rival demócrata, la vicepresidenta Kamala Harris. Esta será su segundo mitin en Nueva York desde su aparición en el Bronx el pasado 23 de mayo. El despliegue policial alrededor del Madison Square Garden ha sido especialmente fuerte debido a que el centro de conciertos se encuentra en el importante nudo de transporte de la estación de Penn y había temores de protestas anti Trump.
La gran mayoría de asistentes eran blancos, algunos venidos de estados vecinos, aunque EFE pudo hablar con algunos latinos que votarán por Trump el 5 de noviembre. «Él defiende mejor los valores de la familia. Por eso votaremos por él», indicaron a EFE algunos de esos asistentes. Un grupo de judíos ortodoxos que consiguió las codiciadas invitaciones al mitin aseguraron que «con Trump la alianza con Israel está blindada, mucho mejor que con Harris, que no sabemos qué postura tiene».
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