El alto el fuego siguió al anuncio la víspera del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, quien indicó que entraría en vigor a la hora señalada, y anticipó que «está diseñado para ser un cese permanente de las hostilidades», indicó en un mensaje desde la Casa Blanca.
Antes del anuncio de Biden, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, informó de que el gabinete de seguridad había aceptado la propuesta de alto el fuego diseñada por EEUU e insistió en que Israel mantendría «libertad de acción» si Hizbulá viola el acuerdo y que contaba con garantías de Washington al respecto.
Unas horas antes, las Fuerzas de Defensa de Israel emitieron órdenes de evacuación para dos edificios ubicados al sur de Beirut, mientras que Hizbulá aseguró haber atacado con drones la residencia del jefe de la Fuerza Aérea israelí, el general de división Tomar Bar, en Tel Aviv.
Según la cadena de televisión libanesa Al-Mayadeen, el Ejército israelí bombardeó un edificio del municipio de Ghobeiry, unos cinco kilómetros al sur de Beirut, poco antes del alto el fuego.
Asimismo, unos diez minutos después de que este entrara en vigor, el portavoz en árabe del Ejército israelí, Avichay Adraee, advirtió en un mensaje en su cuenta de X de que «según sus cláusulas, las Fuerzas de Defensa (FDI) permanecerán desplegadas en sus posiciones dentro del sur del Líbano».
«Se prohíbe acercarse a las aldeas que las FDI han solicitado evacuar o aproximarse a sus tropas en la región. Por su seguridad y la de sus familias, absténgase de trasladarse a la zona. Les informaremos cuándo sea seguro regresar a sus hogares», señaló.
No obstante, según Al-Mayadeen, decenas de vehículos libaneses comenzaron a desplazarse hacia el sur del país tras el inicio del alto el fuego.
El plan consta de tres etapas: una tregua inicial, seguida del repliegue de las fuerzas del grupo chií libanés al norte del río Litani; la retirada total de las tropas israelíes del sur de Líbano en un plazo de 60 días; y, por último, negociaciones entre ambos países para delimitar su frontera, que actualmente corresponde a una línea trazada por la ONU tras la guerra de 2006.
Desde el estallido de las hostilidades entre Israel e Hizbulá el 8 de octubre de 2023, un día después del inicio de la guerra en la Franja de Gaza tras el ataque del grupo islamista palestino Hamás contra Israel, más de 3.800 personas han muerto y más de 15.800 han resultado heridas en ataques israelíes en Líbano.
La inmensa mayoría de muertes, alrededor de unas 3.100, se han producido desde el inicio de la campaña de bombardeos de Israel el pasado 23 de septiembre, que ha afectado principalmente a las comunidades del sur y del este del Líbano, además de los suburbios meridionales de Beirut conocidos como el Dahye.
La violencia ha obligado a más de 1,2 millones de personas a abandonar sus hogares, más de la mitad de las cuales han cruzado la frontera hacia Siria, de acuerdo con datos del Gobierno libanés; mientras que el intercambio de fuego de los últimos 14 meses ha matado a 78 personas en el norte de Israel -47 civiles- y mantiene evacuadas a unas 60.000.
Los presidentes de Francia, Emmanuel Macron, y de Estados Unidos, Joe Biden, se propusieron como garantes del alto el fuego anunciado este martes en Líbano y afirmaron que «vigilarán que sea implementado en su conjunto y aplicado».
Tras su puesta en marcha, Estados Unidos buscará, junto con los mediadores de Turquía, Egipto y Catar, cerrar un acuerdo entre Israel y Hamás para poner fin a los bombardeos por parte de las fuerzas israelíes en Gaza y la liberación de los rehenes secuestrados por Hamás.
Al menos once personas murieron este martes en un bombardeo israelí contra la escuela Al Hurriya, en el área meridional de la Ciudad de Gaza. Según cifras del Ministerio de Salud de la Franja del martes, más de 44.250 personas han fallecido desde el inicio de la guerra.
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Humillados fueron sus más de 3000 combatientes cuando les estallaron los móviles y walkies encima
Los nazionistas volvieron a huir del Líbano con una derrota aún mayor que la última vez. La gran charla de Netanyahu sobre cómo controlarían todo el Líbano fue una vergüenza total. Además de los más de 150 soldados que regresaron a casa en bolsas para cadáveres, los 1.600 heridos graves en los hospitales, los 18 'soldados' que se suicidaron en lugar de volver a unirse a las filas, los sionistas han perdido más de cien tanques Merkava, innumerables vehículos blindados y topadoras militares. Netenyahu dijo que habían destruido a Hezbollah y sus cohetes. !! Hezbolá sigue apuntando al interior de Israel y destruyendo infraestructuras militares en Tel Aviv, Haifa, Carmel y otras bases militares nazionistas. Netenyahu dijo que la invasión del Líbano soberano tenía como objetivo acabar con la Resistencia y permitir el regreso de los colonos sionistas ilegales, algo que ahora nunca sucederá. La excusa de Netenyahu para regresar corriendo a la Palestina ocupada fue que sus soldados "necesitaban un descanso" y necesitaban más armas, qué payaso. Fueron humillados, brutalmente golpeados y huyeron. Incluso la prensa israelí ha dicho lo mismo. Todo el armamento de sus padrinos yanquis no les ayudó contra una Resistencia que se mantuvo firme y envió a los nazionistas a casa llorando.