Serhii, médico de la 5ª Brigada de Asalto Separada de Kiev, en un punto de estabilización médica cerca de la ciudad de Chasiv Yar, en la región de Donetsk. | Reuters - Alina Smutko

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El Estado Mayor ucraniano reivindicó el jueves un ataque contra «la única refinería que opera en la región de Rostov» del sur de Rusia, con una capacidad de refinación de 7,5 millones de toneladas de petróleo anuales. Según el comunicado, el ataque fue llevado a cabo por las fuerzas navales ucranianas y el Servicio de Seguridad de Ucrania en cooperación con otros componentes del Ejército de Kiev, produciendo daños en las infraestructuras y las instalaciones de producción que abastecen de combustible al Ejército ruso.

El Estado Mayor confirma un incendio en la planta y trabaja para establecer todas las consecuencias de la acción, afirmando que «las Fuerzas Armadas continúan tomando todas las medidas para socavar el potencial económico-militar de los ocupantes rusos y forzar así a la Federación Rusa a detener su agresión armada contra Ucrania».

Por otra parte, el Ministerio de Defensa ruso informó en su parte diario que sus unidades de la agrupación militar Vostok (Este) liberaron las localidades de Zelenivka y Novii Komar en la república popular de Donetsk, gracias a una «exitosa ofensiva». Con la toma de Novii Komar, a menos de 4 km al norte de Velika Novosilka, Rusia allana el camino hacia Zaporiyia, parcialmente ocupada y anexionada en 2022 tras un referéndum considerado ilegal por parte de la comunidad internacional. Zelenivka, al oeste de Kurájove, contribuye a estrechar el cerco sobre este estratégico bastión de Donetsk, a punto de caer en manos rusas.

La ofensiva rusa en el Donbás se acelera

La inusitada aceleración de la ofensiva rusa en el Donbás, cuyo coste en bajas llegó a superar las 2.000 diarias según fuentes británicas, busca lograr la mejor posición negociadora de cara a la investidura del presidente de EE.UU., Donald Trump, y las futuras conversaciones entre el nuevo inquilino de la Casa Blanca y el jefe del Kremlin, Vladímir Putin.

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El control de localidades clave como Kurájove y Velika Novosilka permitiría a las fuerzas rusas consolidar su dominio sobre las regiones de Donetsk y Zaporiyia, territorios que Moscú considera parte integral de la Federación Rusa tras los referéndums de anexión celebrados el pasado año. La caída de estos bastiones abriría el camino hacia nuevos avances en el este y sur de Ucrania.

El impacto en la capacidad militar rusa

En el otro lado el ataque ucraniano a la refinería de Rostov persigue debilitar la capacidad logística y de abastecimiento del Ejército ruso, altamente dependiente del suministro de combustible para mantener operativas sus unidades mecanizadas y acorazadas. La destrucción o inutilización de estas instalaciones estratégicas podría ralentizar el avance de las tropas rusas y obligarlas a depender de rutas de suministro más largas y vulnerables.

Sin embargo, Rusia cuenta con importantes reservas de combustible y una extensa red de oleoductos y depósitos que podrían compensar, al menos parcialmente, el impacto de estos ataques. Además, la creciente superioridad aérea rusa dificulta las operaciones de sabotaje y bombardeo en profundidad por parte de las fuerzas ucranianas.

Las perspectivas del conflicto

A pesar de los éxitos tácticos rusos en el Donbás, el conflicto en Ucrania parece lejos de resolverse. Kiev mantiene el control de importantes centros urbanos e industriales en el este y sur del país, y cuenta con el apoyo militar y económico de Occidente para resistir la presión de Moscú.

La llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos podría introducir cambios en la dinámica del conflicto, dependiendo de su enfoque hacia Rusia y su disposición a negociar con Putin. Sin embargo, la complejidad de los intereses geopolíticos en juego y la determinación de ambas partes sugieren que la guerra en Ucrania podría prolongarse en el tiempo, con un alto coste humano y material para todos los involucrados.