Macron y el clavo que saque a Trump de la ecuación de la seguridad europea

París ofrece a Kiev la información de inteligencia que ha perdido de Washington; avisa que producir y comprar armamento en el Viejo Continente es condición para su independencia ante la amenaza de Putin

El presidente de Francia, la única potencia nuclear en el seno de la Unión Europea. | Efe - CHRISTOPHE PETIT TESSON

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El presidente francés, Emmanuel Macron, se erige como el comandante en jefe de la resistencia europea, ahora que el presidente Donald Trump parece decidido a abandonar el Viejo Continente a su suerte, ante un Vladímir Putin que se frota las manos. El estado galo puede erigirse en el clavo que saque a Trump de la ecuación de la seguridad europea, al menos en cuanto a la tradicional dependencia de Washington en este ámbito. En este camino Francia está determinada a convencer a todos sus socios europeos de que producir y comprar el armamento que va a ser necesario para afrontar el desafío de la amenaza rusa es la condición de la independencia, teniendo en cuenta el giro dado por Estados Unidos con la llegada a la Casa Blanca del máximo artífice de 'MAGA'.

Este es uno de los principales mensajes que el presidente francés lleva al Consejo Europeo extraordinario que se celebra este jueves en Bruselas, según ha planteado el ministro de Exteriores, Jean-Noël Barrot. La amenaza de un eventual abandono estadounidense de la defensa europea ha llevado al presidente francés a posicionarse como el nuevo líder de la seguridad continental, en pleno compás de espera por el relevo en la cancillería alemana. En un momento crítico para las relaciones transatlánticas, París está tomando medidas decisivas para fortalecer la autonomía militar europea. Puede que Putin no se detenga en Ucrania, aseguran desde el Elíseo.

El gobierno galo ha puesto en marcha una ambiciosa iniciativa para impulsar la producción y adquisición de armamento europeo, considerándola como la piedra angular de la independencia estratégica del continente. El ministro de Exteriores francés ha enfatizado que esta 'preferencia europea' debe convertirse en una prioridad absoluta para la Unión Europea, especialmente en un contexto donde más de la mitad del material militar importado por los países europeos proviene de Estados Unidos.

La apuesta por la industria armamentística europea no solo busca garantizar la autonomía defensiva, sino también impulsar el desarrollo económico del continente. Macron ha convocado a los principales industriales del sector defensa para coordinar una respuesta eficaz tanto a las necesidades nacionales como a las demandas de otros países europeos. Esta iniciativa se complementa con la próxima reunión en París de los jefes de Estado Mayor dispuestos a contribuir en la búsqueda de una solución pacífica al conflicto ucraniano.

El apoyo francés a Ucrania se intensifica en un momento crucial, tras el distanciamiento entre Kiev y Washington. El ministro de Defensa, Sébastien Lecornu, ha confirmado que Francia está proporcionando información de inteligencia vital a Ucrania, compensando parcialmente la suspensión del apoyo estadounidense en este ámbito que provocó el enfado de Trump, cuando intentó ridiculizar al ucraniano Volodímir Zelenski en el Despacho Oval, ante los ojos de todos. Dicha asistencia incluye datos satelitales y otros recursos de inteligencia que Francia puede ofrecer de manera soberana, a diferencia de otros aliados como el Reino Unido, más dependientes de la colaboración estadounidense.

La nueva estrategia francesa representa un punto de inflexión en la política de defensa europea. El país galo está aprovechando su posición única como potencia nuclear europea y su tradición de autonomía estratégica para liderar una transformación fundamental en la arquitectura de seguridad continental. Esta iniciativa podría marcar el inicio de una nueva era en la que Europa asuma mayor responsabilidad en su propia defensa, reduciendo su histórica dependencia de Estados Unidos. Lo que está claro es que, de un modo u otro, abocará a un mayor gasto privado y público en cuestiones de seguridad, algo que plantea sus propias dificultades y fricciones.