El campo balear está sufriendo en los últimos años un proceso de
especialización que se traduce, según los datos aportados por la
Tesorería General de la Seguridad Social, en que aumentan
progresivamente el numero de empresas y disminuye, de forma
alarmante el de trabajadores del sector.
Así, según los registros del Régimen Especial Agrario desde
diciembre del 96 a septiembre del 98, se ha pasado de 1.347
empresas agrarias a 1.506 y de 7.530 trabajadores (2.379 por cuenta
ajena y 5.151 por cuenta propia) a 6.666 (2.230 trabajadores por
cuenta ajena y 4.436 por cuenta propia).
La buena situación económica de los últimos años y la aparición
de nuevas tecnologías que facilitan la labor de recolección han
favorecido el citado incremento de empresas específicas, pero, a la
vez, también son factores claves para explicar el descenso de
trabajadores en el sector.
En apenas dos años, más de 850 payeses, (concretamente 864) han
dejado su actividad en el campo y, o bien se han dedicado a otras
labores, o bien se han jubilado.
Turismo y especulación, culpables del
descenso
El dinero fácil, y con un trabajo menos duro y sacrificado, que
ofrece la actividad turística a los jóvenes de la Part Forana es,
según fuentes del sector, culpable del descenso acusado del número
de trabajadores. «Pocos van a trabajar 15 horas para ganar 100.000
pesetas si puede percibir lo mismo trabajando 8 horas en un hotel»,
aseguran. Pero esta circunstancia no es la única traba, el alto
precio que tienen que pagar los jóvenes por hacerse cargo de un
terreno también frena la ilusión de alguno que lo ha intentado.
«Los agricultores de la Isla no tienen el poder adquisitivo de, por
ejemplo, los alemanes. No pueden competir con las ofertas que hacen
por el suelo», afirman desde Unió de Pagesos.
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