La senadora ibicenca Pilar Costa criticó que «el resultado de
esta reforma del Estatut no contenta a nadie». «Debe ser un caso
inaudito que una comunidad autónoma haya sido nacionalidad
histórica durante 35 días; la exclusión del término del Estatut no
nos gusta mucho», admitió Costa.
José Fermín Román, de Izquierda Unida, dijo sentirse «impotente
porque hemos perdido la oportunidad de aumentar las competencias de
Balears».
El senador de la Comunitat Autònoma, el popular Manuel Jaén
Palacios, subrayó durante su intervención que no tenía ningún
sentido incluir el término nacionalidad histórica en el Estatut
porque «no existe tal nacionalidad histórica». «Mallorca fue un
reino y no es cuestión de andar con denominaciones», agregó.
El senador Jaume Cardona, de Convergència i Unió, afirmó durante
su intervención que su grupo «no está a favor de que todos los
estatutos de autonomía sean uniformes».
El socialista Antoni Garcías reiteró que la modificación del
Estatut era «una buena reforma porque se incrementa el
autogobierno». «Me siento orgulloso de haber pactado con el PP
porque es una herramienta eficaz para el autogobierno», comentó
Garcías.
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