El PP de Palma organizó el pasado sábado su tradicional cena de
Navidad, a la que asistieron cerca de 1.000 afiliados y
simpatizantes de toda la Isla. En ella pudo verse a los dirigentes
del partido, además de concejales de Cort y conselleres del Govern.
Las ausencias más notables fueron las de Gabriel Cañellas y Carlos
Ripoll.
Ya en los postres, tomó la palabra el presidente del PP de
Palma, José María Rodríguez, quien pidió a los militantes su activa
participación para elaborar «la mejor oferta electoral», porque,
dijo, los afiliados del PP «son la envidia de todo el mundo y el
mejor capital del partido; y eso lo reconocen hasta nuestros
adversarios».
A continuación habló el presidente del PP balear, Joan Verger,
el cual aseguró que todo el partido debe arropar a Jaume Matas y a
Joan Fageda y señaló que «quien no lo tenga claro, se está
equivocando de partido».
Desde su punto de vista, el PP necesita redefinir algunos
conceptos, pues «ya no se puede dejar todo en manos de la empresa
privada o la economía de mercado». Señaló que «Mallorca es
demasiado atractiva, y lo que antes era muy cómodo, que la economía
de mercado regulase la actividad, ya no puede ser, y hay que
introducir correctores».
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