El pleno extraordinario celebrado ayer en el Ajuntament de Palma
aprobó, con los votos del PP, la documentación complementaria
presentada por el equipo de Gobierno para dar respuesta a algunas
de las prescripciones impuestas por el CIM y necesaria para la
aprobación definitiva de la revisión del PGOU de 1985.
De las 75 subsanaciones requeridas, Cort ha aclarado diez, el
resto serán incluidas hoy por el CIM cuando apruebe definitivamente
el nuevo plan, que entrará en vigor cuando sea publicado en el
BOCAIB.
Los tres grupos opositores insistieron en su rechazo a lo que
consideran un plan «desarrollista». Los socialistas de Palma
calificaron este PGOU de «ventanilla de influencias» y de texto
«repleto de irregularidades e ilegalidades» que, según afirmó el
edil Carles Bona, «serán solventadas» hoy por el Consell.
Los nacionalistas insistieron en que la aplicación del plan dará
lugar a un crecimiento excesivo de la ciudad. El portavoz del PSM,
Sebastià Serra, acusó al concejal de Urbanismo de «decir
barbaridades cuando afirma que el precio de la vivienda subirá
espectacularmente cuando empiece a faltar suelo», pues, aclaró
Serra, «el precio de la vivienda sube, como está ocurriendo ahora,
cuando se da toda una determinada coyuntura económica».
En efecto, Carlos Ripoll auguró ayer para dentro de seis, ocho o
diez años un «encarecimiento de la vivienda en Palma por culpa de
la falta de suelo y un incremento de la especulación, todo ello
provocado la aplicación de las prescripciones impuestas al
plan».
A juicio de Ripoll, en Palma «no se nos puede aplicar el mismo
concepto de suelo urbanizable que se crea en otros municipios
turísticos», por cuanto «nosotros no creamos suelo destinado al
turismo o a la segunda residencia».
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