El plan de realojamiento de los habitantes de Son Banya está
estancado, casi un año y medio después de su puesta en marcha, ante
la negativa de las familias que habitan en el poblado a marcharse
de allí, según informó la regidora de Acción Social en el
Ajuntament de Palma, Carmen Sagrado.
Para el año 1999 habían sido seleccionadas siete familias, que
reunían los requisitos necesarios para acogerse a este plan, pero
ninguna de ellas parece dispuesta, por el momento, a abandonar su
asentamiento.
La regidora no quiso entrar en detalles del porqué de esta
negativa a marcharse de Son Banya, pero aseguró que se seguirá
intentando que las familias seleccionadas puedan acceder al
realojo.
Pero, por otro lado, todas las familias que hasta la fecha se
han decidido a abandonar Son Banya afirmaron hacerlo,
principalmente, para huir del problema de la droga y para salir de
la marginalidad.
De las 124 chabolas que componían el poblado gitano antes del
plan, quedan todavía unas 100 después de las tres actuaciones
realizadas desde agosto de 1997 que han posibilitado la salida de
veinte familias, las cuales han sido realojadas en diferentes
barrios de Palma.
Según afirmó la responsable municipal, «las familias que hasta
ahora han sido realojadas se han integrado sin problemas en los
diversos barrios a los que ellas eligieron marcharse». Y añadió que
«sus hijos están todos escolarizados, y el Ajuntament se encarga de
hacerles un seguimiento para garantizar su integración».
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