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Cuando el 31 de enero de 1994 el Gran Teatre del Liceu se incendió, pocos pensaban que cinco años después volvería a tener forma.
Y entre los sorprendidos se encuentra Xesca Llabrés, mallorquina de Santa Eugènia, regidora del escenario operístico barcelonés desde 1988 y una de las personas que espera con más ansiedad su inauguración en octubre de este año que acaba de destaparse.

En el año 1979 llegó a Barcelona y estuvo nueve años rondando por los diferentes teatros de texto de la capital catalana (Romea, Lliure, Victoria, Condal...) hasta que le llegó la mejor oferta que podía esperar: dirigir los movimientos de los actores y cantantes a lo largo de los ensayos y actuaciones en el Liceu catalán.

En estos momentos está preparando el estreno, el 9 de febrero, de la ópera «Norma», de Vicenzo Bellini, en el Teatre Victòria.
Llabrés afirma en una entrevista que reproduce hoy integramente Ultima Hora que «Lo que es la sala respeta la tradición. Tiene mejoras técnicas, como calefacción, refrigeración, más visibilidad... Conserva el mismo estilo que antes del incendio, a excepción del escenario, el cual era muy antiguo y muy peligroso. Era del siglo XIX, completamente de madera, y cualquier coreografía moderna tenía graves problemas. Además, no había salidas de emergencia... Estaba fuera de cualquier seguridad, será mejor que la Scala de Milán o el Teatro de la Ópera de París».