TW
0

L os actos que se celebran con motivo de la Diada de les Illes Balears en Palma están registrando una alta participación, lo que demuestra la especial incidencia en el público de este tipo de actividades lúdico-festivas. Por desgracia, muchos ciudadanos ignoran qué fiesta se conmemora, que no es otra que el aniversario de nuestro Estatut, un hecho histórico que supuso el primer paso hacia unas determinadas cotas de autogobierno que aún deben completarse. Ahora bien, una de las evidencias constatables a estas alturas es la ausencia de un sentimiento generalizado de lo que es la balearidad.

Precisamente es éste uno de los puntos en los que deben incidir las autoridades de la Comunitat Autònoma y si los actos de la Diada "al margen de que pueda discutirse el sentido de circo romano de algunas de las activiadades" contribuyen a ello, bienvenidos sean. Pero es lamentable que los actos se hayan centralizado en Palma, pasando desapercibida la Diada tanto en Eivissa como en Menorca. El hecho de que que se cuente con la participación de una representación de Menorca y otra de Eivissa no es suficiente. No se trata de reivindicar el sistema anterior de fiesta rotatoria, celebrando la fiesta cada tres años en cada isla. La Diada debe celebrarse anualmente y en todas las islas simultáneamente. Todos juntos constituimos esta joven Comunitat y todos debemos celebrar su fiesta mayor. Sin exclusiones ni centralismos.

Dicho esto, debemos aplaudir que la gente salga a la calle y note que estamos de cumpleaños, que hace dieciséis años que contamos con un Estatut d'Autonomia. Lo importante es que tanto los actos protocolarios como los incluidos en el programa lúdico sirvan para recordarnos que hoy celebramos algo muy especial para los ciudadanos de Balears.