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El president de la Generalitat, Jordi Pujol, defendió ayer la relectura de la Constitución y la dotación de mayores cotas de autogobierno para Catalunya, reivindicación completamente lógica desde un partido nacionalista. Por su parte, Aznar, que gobierna gracias al pacto de legislatura con CiU, cree que el marco constitucional actual está absolutamente vigente, aunque lo hace desde una posición centralista.

Es evidente que el texto constitucional es flexible y permite interpretaciones diversas entre las que se encuentra la de dotar de mayores techos competenciales a las comunidades autónomas.

La petición de Jordi Pujol tiene una especial relevancia debido a que una retirada del apoyo parlamentario de CiU favorecería un adelanto electoral. Y, además, Pujol lanza su mensaje cuando se aproximan los comicios municipales y, en algunas comunidades, autonómicos, lo que mueve a pensar que también quiere distanciarse de las posiciones de los populares.

La definición del Estado de las Autonomías puede resultar, en la actualidad, demasiado ambigua. Los ciudadanos desean una administración próxima que resuelva sus problemas, pero evitando que el gasto público se resienta por una absurda yuxtaposición de administraciones.

Una de las cuestiones pendientes aún en muchas autonomías es la dotación de competencias que ya han asumido otras, como el País Vasco o Catalunya. La actual división entre autonomías de primera y de segunda debe dar paso a una relectura de la Constitución que compense los desequilibrios competenciales actuales. Pujol puede constituir, y de hecho ha constituido en ocasiones, una punta de lanza para que comunidades autonómicas con menor peso político alcancen mayores cotas de autogobierno.