Por espacio de cuatro días hemos estado en Bruselas. Bueno, en realidad hemos acompañado a los alumnos del colegio del Sagrado Corazón, de Palma, en la recta final del denominado «Proyecto Unión Europea», iniciado a principios de la presente década, y consistente "a grandes rasgos" en que el niño, ciudadano de la Comunitat balear, de la española y de la europea, entienda y viva este fenómeno, pasando desde el entorno comunitario más próximo al más lejano.
En total fueron más de 300 alumnos, más los profesores y la directora del centro, cerebro de este proyecto, que organizó el viaje a la perfección y nos permitió llegar a todas partes excepto a una, Waterloo. El atasco y la lluvia tuvieron la culpa.
El programa fue amplio, pero muy ameno. Comenzamos dando un paseo en barca por los canales de Brujas y terminamos viendo un película "«Misterios de Egipto»" en tres dimensiones en el Kinépolis de Bruselas, visitando, entre otros lugares, el Parlamento Europeo, donde fuimos recibidos "y debidamente atendidos" por la eurodiputada Francisca Bennàssar y el director y becarias "todas mallorquinas" del Centre Balears en Europa, o la desembocadura del puerto de Amberes, o haciendo un recorrido turístico por Brujas, Bruselas, con parada en la Grand Place, el Atomium, Autoworld, Museo de Ciencias Naturales, Parque del Cincuentenario y la tienda de Tin Tin, y Amberes, con visita a la catedral y Grand Place. Mientras tanto, los chicos no perdían el tiempo. Ya fuera en el hotel, al regreso de la excursión diaria, o en el autocar rellenaban los dossiers del día, referentes a lo que habían visto.
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