La convocatoria del Consell de Mallorca para que, en el día de hoy,
se desarrolle una jornada en la que los ciudadanos dejen de
utilizar el coche o cualquier transporte privado a motor, es un
asunto meramente de concienciación porque muchos ciudadanos,
incluso los fanáticos del coche, algunos días al año desarrollan
toda una jornada sin este tipo de transporte privado.
El domingo se celebra el Día de la Madre y hace poco se celebró
el Día del Libro. Lo que no significa que esta práctica sea
suficiente para que cumplamos con ambos compromisos una sola vez al
año. Se trata de pura simbología. Pero que la ciudadanía decida
unirse, hoy o cualquier otro día, para evitar el uso del transporte
privado "siempre que sea posible", significa que hay una
alternativa: la del transporte público.
Pero mucho nos tememos que no hay dotaciones suficientes, ni
líneas que cubran todas las necesidades que puedan surgir, ni
siquiera hoy. En la conferencia que pronunciaron los alcaldes de
Madrid y Bilbao el pasado miércoles, en Palma, ambos "y con ellos
el de Palma" coincidieron en la necesidad de descongestionar los
núcleos urbanos del tráfico rodado y del estacionamiento de
vehículos en las calles del centro de las ciudades.
Bien está, pues, una jornada más de reflexión que de prueba de
civismo. Porque la labor de disuasión del uso del vehículo privado
no es otra que la oferta de unos servicios de transporte público
con circulación fluida, con gran amplitud de horarios, con
vehículos modernos, limpios, bien acondicionados para combatir las
extremas temperaturas de invierno y verano, a precios políticos y
con recorridos que aconsejen su utilización.
En resumen, al ciudadano no hay que pedirle esfuerzos "salvo una
vez al año" sino darle opciones públicas mejores que las
privadas.
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
De momento no hay comentarios.